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La violencia intrafamiliar no da tregua: 642 casos
POR
KATIA
VÁSQUEZ PADILLA
A corte del mes de octubre del presente año, Medicina Legal reportó 642 casos de violencia familiar, 115 más que en el 2020 en ese mismo periodo de tiempo.
A diferencia de muchas otras situaciones, la violencia intrafamiliar no tiene cuarentena, ni hace un cese al maltrato por la pandemia. Acá no solo se habla de violencia física, también se habla de violencia psicológica, económica, sexual y verbal. No solo son mujeres, también son niños, personas de la tercera edad y -con cifras reducidas pero existentes- hombres que también están viviendo un ‘infierno’.
De acuerdo con el último boletín emitido por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con corte a octubre de 2021, la ciudad de Santa Marta evidenciaba más de 452 casos de violencia entre las parejas; 39 eventos de violencia contra los niños y niñas; 25 hechos contra adultos mayores y 126 casos de violencia entre otros familiares.
Con estos datos Santa Marta se ubica como la séptima capital del país donde más hechos de violencia entre parejas se han presentado hasta el mes de octubre del 2021, solo por detrás de ciudades como Bogotá que registra 11 096 casos; seguido de Medellín con 2,390 denuncias, y Cali con 1,291 casos, Villavicencio con 970, Ibagué con 791, entre otras ciudades incluidas las de la región Caribe como Barranquilla con 1,081 casos.
Así las cosas, en la capital del Magdalena se evidencia que prima la violencia de pareja, asociados a situaciones de celos, principalmente los fines de semana en los cuales se presenta alto consumo de alcohol.
Con el fin de brindar herramientas a las familias para la sana convivencia y aportar en la disminución del riesgo en el aumento de violencia intrafamiliar en medio de la coyuntura del Covid-19, la Administración Distrital ha venido trabajando de manera constante por el bienestar de la mujer, eso incluye igualdad de derechos en salud, educación, salario digno, salud sexual y reproductiva, participación política y seguridad.
¡A DENUNCIAR!
Tomar la decisión de denunciar a un agresor no es fácil, el miedo se apodera de quienes lo intentan y parte del maltrato psicológico que se vive impide tomar esta decisión. A esto se suma que en muchos casos esta violencia es justificada por el agresor y normalizada por la víctima.
Por eso es importante recordar que ningún tipo de violencia (física, sexual, económica, psicológica o verbal) es normal, nada lo justifica y bajo ningún motivo debe ser aceptada.
Denunciar no es un deber exclusivo de las víctimas, de hecho, ellas son a quienes más se les dificulta. Esta responsabilidad también es del vecino, familiar, amigo o consejero, como persona que conoce la situación y que puede ayudar a que ese maltrato no termine en una tragedia.