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El presidente estadounidense, Donald Trump, protagonizó ayer una nueva polémica con su intención de celebrar un gran desfile militar, una idea recibida con poco entusiasmo por los republicanos y criticada por los demócratas.
La Casa Blanca y el Departamento de Defensa confirmaron que ya comenzaron a planificar el evento, aunque por el momento no se fijado una fecha.
El diario The Washington Post, que filtró la información la noche del martes, afirmó que «la orden fue directa». «Quiero un desfile como el de Francia», solicitó el mandatario.
Este miércoles, el secretario de Defensa, James Mattis, dijo que «todos conocemos en este país el sentimiento especial y el respeto del presidente por nuestros militares», y apuntó que por el momento «estamos definiendo algunas posibilidades».
Trump quedó embelesado el año pasado cuando, invitado por su homólogo Emmanuel Macron, presenció la parada militar del 14 de julio en el marco de las celebraciones de la fiesta nacional francesa.
Desde su palco en los Campos Elíseos de París, no ocultó su admiración por el fastuoso desfile de tropas, tanques y blindados, sin mencionar los aviones de la Fuerza Aérea sobrevolando la multitud.
Ya en el vuelo de retorno a Washington, Trump comentó con sus auxiliares que había quedado extraordinariamente impresionado con el desfile, que consideró «una cosa inmensa para Francia y para el espíritu de Francia».
Poco después sugirió la posibilidad de celebrar algo similar el 4 de julio –día en el que Estados Unidos conmemora su independencia– en la Avenida Pensilvania, donde está la Casa Blanca, para mostrar el «poderío militar» del país.
Pero su iniciativa recibió este miércoles un tibio apoyo, incluso entre los legisladores de su partido.
El senador conservador Lindsey Graham dijo que una parada «tiene sentido», aunque manifestó sus reservas. «No estoy pensando en un desfile con exhibición de armas al estilo soviético. No somos eso».
Sólo apoyaría un desfile para «exhibir a nuestros mejores hombres y mujeres y decirles ‘gracias'».
Otro influyente senador republicano, John Kennedy, se sumó al grupo de los poco entusiasmados: «no creo que sea una idea particularmente buena. La confianza es silenciosa, y la inseguridad es ruidosa», comentó.
A su vez, el legislador republicano Jim Jordan apuntó que el Congreso estadounidense «mantendrá ese debate».
Un sondeo informal organizado por la publicación Military Times reveló que, al promediar el miércoles, el 70% de los consultados consideraba que el desfile sería «un desperdicio de dinero».