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Los futuros enfermeros que conforman la cohorte número 25 del programa académico de Enfermería de la Universidad del Magdalena y parten a su año de internado rotatorio en hospitales y clínicas de diferentes ciudades de Colombia.
El auditorio ‘Julio Otero Muñoz’ de la Universidad del Magdalena fue epicentro del acto en el que 30 estudiantes del Programa de Enfermería recibieron las tocas y placas que, junto con el símbolo de la luz, identificarán su trasegar profesional en las diferentes entidades prestadoras de servicio de salud.
Son diversas las acciones que se llevan a cabo para que el estudiante se identifique con su profesión, una de ellas es la Ceremonia del Paso de la Luz, que se inició en el programa de Enfermería en el año 2006 y que ha sido replicada durante los doce años siguiente.
De acuerdo con el protocolo del acto solemne, a las mujeres les fue impuesta una toca con una cinta color azul.
En ese sentido, de acuerdo con el protocolo del acto solemne, a las mujeres les fue impuesta una toca con una cinta color azul y a los varones, les fue impuesta una placa con su nombre, símbolos que los identifican como educandos de esta Institución.
El acto fue presidido por la enfermera magister Ediltrudis Ramos De la Cruz, directora del Programa adscrito a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Alma Máter, quien en su discurso de apertura señaló que la luz de la lámpara simboliza la firmeza, la fe y la esperanza que se requieren en las actividades profesionales y en todos los actos del cuidado de otro ser humano.
“Es importante para el Programa, que generación tras generación se realice esta ceremonia, ya que esto significa que hemos cerrado una etapa de formación y ahora podemos entregar a la sociedad un grupo de profesionales capacitados para prestar un servicio humanizado en donde se requiera”, enfatizó la directora.
A los varones, les fue impuesta una placa con su nombre, símbolos que los identifican como educandos de esta Institución.
Seguidamente, el sacerdote John Trujillo, presbítero de la Parroquia Santo Cristo Señor de los Milagros ubicada en el barrio Villa Marbella, procedió a bendecir los símbolos. En el proceso invitó al público a una oración colectiva en la cual les recordó a los jóvenes que ellos serán “mano alargada de Dios para consolar al enfermo, y deben dar testimonio del amor de nuestro salvador Jesús y de la calidad educativa que han recibido al tratar de manera afable a aquel que está en necesidad de cuidado”.
Los estudiantes, emocionados, expresaron su satisfacción por haber adquirido el máximo emblema de su carrera. Para Sharick Bejarano Atención, quien ocupó el primer puesto en desempeño académico y realizará sus prácticas en la Clínica Mar Caribe de Santa Marta, este logro es razón de satisfacción, principalmente porque sabe que llena de orgullo a sus padres.
La luz de la lámpara simboliza la firmeza, la fe y la esperanza que se requieren en las actividades profesionales y en todos los actos del cuidado de otro ser humano.
“Para la Universidad del Magdalena y los docentes muchos agradecimientos, entregan todo de sí, son nuestra segunda familia y los queremos muchísimo”.
El paso de la luz se transmite a los estudiantes, resaltando los esfuerzos que se han realizado a través de la profesionalización, de su formación y de lo que implica la disciplina de la carrera, simboliza la unión de lo científico con lo humano, el arte del cuidado al servicio de la humanidad y de los valores que humanizan sus acciones y forman la conciencia ética del profesional de Unimagdalena.