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Colombia se encuentra en medio de una gran discusión y un enorme dilema: ¿Qué hacer con la economía y la educación en medio de una pandemia que no da tregua, que cada día cobra más víctimas, y un plan de vacunación que no cubre a la velocidad requerida?
Para responder es necesario recurrir a modelos predictivos que advierten que, si se abre completamente la economía y se levantan ya todas las restricciones, Colombia llegaría a tener cerca de 300.000 fallecimientos en septiembre próximo. Esos resultados son contundentes al señalar que el único escenario posible para verdaderamente incidir en esta lamentable tendencia de muertes es mantener restricciones y, a la par, cumplir con un ritmo de vacunación tal que a septiembre la mitad de la población del país se encuentre vacunada con segunda dosis.
Es importante tener en cuenta lo que acontece en el mundo con el covid-19: un estudio internacional recién publicado señala que la inmunidad de rebaño a nivel mundial ya no va a ser posible por tres razones fundamentales: la presencia del virus en 12 diferentes especies animales, muchos países en el mundo no tienen acceso al número de vacunas requeridas, y muchas personas tampoco aceptan la vacuna. De ahí que países con elevados niveles de vacunación como Chile, Mongolia, Reino Unido, entre otros, han tenido nuevos rebrotes; además, hay que tener en cuenta los complejos efectos de la nueva variante o brote Delta que ya ha llevado a varios países a tener que volver a medidas muy severas y restrictivas. Es decir, el covid-19 y la vacuna llegaron para quedarse.
Por lo anterior, es evidente que no es tiempo para abrir completamente la economía, y tampoco para cerrarla de nuevo totalmente. Los desastres económicos que ha dejado la pandemia en términos de crecimiento, desempleo, informalidad y pobreza dan cuenta por sí mismos de ello. Cerrar la economía en este momento sería, pues, totalmente contraproducente frente a esos indicadores y mandaría al traste con la incipiente reactivación económica y reducción del desempleo al comienzo de este año.
Ahora bien, las restricciones deben mantenerse por lo menos hasta que se llegue a ese nivel de vacunación mencionado. ¿Cuáles restricciones deben mantenerse? El distanciamiento social con aforos máximos, que significan alternancia para todo el sistema educativo del país, y restricciones para el transporte masivo. El comercio, la industria manufacturera, el turismo, los restaurantes y bares deben igualmente gestionarse con distanciamiento social y aforos reducidos; es necesario hacer esto posible y las universidades e investigadores de todas las regiones deben contribuir a construir modelos para esos efectos.
Igualmente hay que mantener y promover el teletrabajo en todas las labores que lo permitan. Deben posponerse hasta nueva orden los eventos masivos. También es muy importante mantener campañas público-privadas para los temas de prevención, de uso de tapabocas, de evitar aglomeraciones y eventos sociales masivos; en esto grandes empresas, gremios, universidades y Cajas de Compensación son fundamentales. Por último, hay que hacer más uso de modelos predictivos, de seguimiento al contagio, a la vacunación y estar permanentemente revisando información acerca del estado de las poblaciones más vulnerables para decisiones diarias del manejo de la pandemia.
Como dice el estudio mencionado, terminar una pandemia no es solamente asunto de presupuesto y recursos, sino también de ideas y estrategias. Y eso es lo que más necesitamos en este momento; aportando además el sentido cívico y de autoprotección de personas, familias y comunidades, pues encontrar las mejores vías de protección a la salud y la economía es tarea de todos, requiere compromiso general, no es solo problema de los gobernantes.
* Internacionalista.