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‘Alex Saab’: el personaje más allá de su prontuario

La reconstrucción de la vida del empresario barranquillero que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, Alex Saab, ha sido el más reciente trabajo del periodista colombiano Gerardo Reyes, en una investigación que reconstruye pasajes inéditos y detalles que permiten conocer al personaje a profundidad, más allá de su prontuario.

‘Alex Saab’ lidera las listas de los libros más vendidos y ha empezado a generar las primeras reacciones entre sus primeros lectores.

En el prólogo de la obra se dicta que: “Los amigos de Alex Saab no se explican cómo un tipo tan común y corriente de aspiraciones modestas y sin ninguna pasión, aparte del amor por sus hijos, se convirtió en el chacal financiero de la revolución bolivariana. Cuando ocupaba la gerencia de la empresa de textiles de la familia en Barranquilla, su meta más apremiante era llegar a fin de mes con saldos suficientes en el banco para pagar la nómina. Pero un día que lo había perdido todo y lo perseguían los bancos, cambió de sentido el famoso proverbio del que fue por lana y salió trasquilado. Saab viajó trasquilado a Venezuela y regresó con lana, mucha lana».

En una ciudad de personajes célebres y gente ingeniosa como Barranquilla, Saab hizo lo posible por pasar inadvertido. Pero no todo salió como esperaba y buscó refugio a la sombra de Nicolás Maduro.

Junto a su socio, el narcotraficante convicto Álvaro Pulido, Saab creó el dream team del régimen venezolano para burlarse del bloqueo comercial de Estados Unidos a cambio de contratos que los hicieron billonarios. La supervivencia del gobierno quedó prácticamente en manos de Saab. Si no había gasolina llamaban a Saab; si escaseaba la leche, le marcaban al colombiano; si había que vender oro de urgencia, él mismo lo llevaba en sus aviones a Turquía.

La madrina de confirmación de Saab en la revolución bolivariana fue la exsenadora Piedad Córdoba. El padrino de su impunidad, su abogado de cabecera Abelardo de la Espriella.

Esa correría terminó para Saab en junio de 2020, cuando fue arrestado en Cabo Verde a petición de Estados Unidos, donde afronta cargos de lavado de dinero producto de la corrupción.

¿Cómo llegó Alex Saab a las cumbres del poder de la Venezuela chavista? ¿Quién lo apadrinó? ¿Quién le dio el espaldarazo y cómo adquirió la importancia de un superministro que terminó resolviendo grandes y pequeños problemas de la revolución bolivariana? son algunas de las interrogantes que Gerardo Reyes intenta responder.

DETALLES CLAVES DEL LIBRO

El libro empieza con los detalles inéditos del día de octubre de 2010 en el que el colombiano en bancarrota conoció al canciller Nicolás Maduro por gestión de Piedad Córdoba. Fue a las 10 de la noche…

La crónica narra el emotivo encuentro a los pocos días con otro personaje clave en su ascenso: el ministro del poder popular Tareck El Aissami, y la amistad con un intermediario imprescindible para explicar su acceso directo al gobierno venezolano: Williams Amaro, el secretario personal de Maduro.

Piedad Córdoba logró la aprobación del desembolso que sacó de la ruina al empresario barranquillero. Ella dice que sin cobrar comisiones de éxito, pero hay documentos que indican lo contrario. Existen correos electrónicos en los que Saab no ocultaba su ansiedad por saber de los pagos.

El sueño de Saab era tener un avión. Llegó a poseer una flota de seis o más. Todos muy lujosos, como el que usaba cuando fue detenido en Cabo Verde.

En proceso de separación, Saab se relacionaba con modelos europeas a quienes alojaba en hoteles de cinco mil dólares la noche en París y las invitaba a los restaurantes más costosos y exclusivos del mundo.

Alrededor de las deudas del gobierno venezolano con empresarios colombianos por concepto de exportaciones, hay un correo de 23 de septiembre de 2010 enviado al director del SEBIN, servicio bolivariano de inteligencia, en el que la congresista insiste en los pagos: “Compatriota, me da mucha pena molestar, pero se me está convirtiendo en un grave problema lo de los empresarios que te enviamos los listados. Ellos están confundidos, me preguntan por qué le están pagando primero a los que están en contra del proceso y hasta apoyan a los paracos y a aquellos que nos han apoyado históricamente son rechazados”. Agregaba que “el grave problema es que yo les dije que no hicieran nada a través del ministro, que lo hicieran conmigo que yo me comprometía a que serían los primeros pagos en salir”.

La congresista reconoció la gestión, que en este caso era para unos empresarios de la Costa y Santander con quienes se reunió en Valledupar. Uno de esos empresarios era el Neñe Hernández.

Como la excongresista Córdoba se convirtió en el último puente que quedaba en pie entre el gobierno de Chávez y empresarios colombianos de todas las ideologías que querían recuperar los dineros congelados por exportaciones desde Colombia, a ella le hacían cola Carlos Mattos, el empresario automotriz, y Pepe Duver, líder de la industria textil.

En septiembre de 2010, Maduro envió a Córdoba con sus escoltas a consulta con La Gran Yolba, la espiritista oficial del gobierno venezolano, quien vivía en las colinas La Pastora, en una zona deprimida de Caracas. La Gran Yolba le dijo a la congresista que ella era considerada la médium oficial del libertador Simón Bolívar. Luego, en la sesión, Yolba fumó un tabaco y empezó a hablar con una voz diferente y dijo que era el Libertador. Luego señaló que Piedad llegaría a la presidencia de Colombia. A partir de ese momento Piedad Córdoba se convirtió en la consentida del régimen. Chávez y Maduro le daban gusto en lo que pidiera, incluyendo su latosa insistencia de que le pagaran a Saab 30 millones de dólares que Cadivi, la entidad oficial que controlaba las divisas, le adeudaba.

Además, La Gran Yolba se convirtió en consultora de las FARC: la guerrilla colombiana quería saber cómo curar la ceguera del comandante Jesús Santrich y dónde buscar la espada de Bolívar.

Piedad confirmó el episodio: “Soy amiga de Yolba. Y es más, por una razón muy sencilla, porque yo soy santera”.

FAMILIA SAAB

Una gran influencia en la vida de Saab es su padre, Luis Samir Saab Rada, un inmigrante libanés que llegó a Barranquilla a finales de los años cincuenta con treinta dólares en el bolsillo. Un capítulo completo del libro explica aspectos pocos conocidos de su vida: la masacre de niños de la que fue testigo en su natal Líbano, su travesía a Colombia, la amistad de su padre en Estados Unidos con Henry Ford, el magnate de la industria automotriz, sus peleas con la embajada gringa en Colombia y su amor por este país.

El libro señala que tras la detención de su hijo Alex en Cabo Verde, don Luis recibió una llamada de Maduro. “El presidente Maduro me llamó para tranquilizarme, me dijo que con su cuerpo diplomático están ayudando a mi hijo. No nos han dejado solos, han demostrado lealtad”.

Reconstruye paso a paso cómo la oficina del abogado Abelardo de la Espriella coordinó sacarle información a un patrullero de la policía que interceptaba las comunicaciones de Saab, su familia y algunos colaboradores. Durante 20 días, el bufete obtuvo verbalmente y por escrito del patrullero Eddie Pinto, los detalles de las investigaciones que adelantaban las autoridades colombianas y de Estados Unidos.

Se publica el contenido completo de dos cartas inéditas de agentes de la DEA en los que solicitan que se investigue a Saab y su círculo. Uno de los mensajes fue enviado por el agente de la DEA, Edward Martínez, al patrullero Eddie Pinto en la que pide investigar a Alex Saab, miembros de su familia y su entorno.

El detective Pinto terminó encariñándose con el abogado de Saab, Mario García, y de tanto escucharlo lo buscó y le dijo que no le iba a causar ningún perjuicio porque le caía bien.

Por todos estos favores, el policía Pinto, que luego fue detenido y condenado, recibió un celular iphone de 600 mil pesos.

BOGOTÁ, (Colprensa)

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