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Un mes y 13 días faltan para que se cumpla un año de la muerte del soldado Andrés Arturo Chiquillo Reyes, en El Pozón, a manos de un policía. El hecho ocurrió a las 11 de la noche del 8 de junio de 2020, en medio del confinamiento estricto que había para ese entonces por el COVID-19.
Andrés, de 27 años, estaba en su casa, en el sector Ciudadela La Paz, calle Las Flores, cuando perdió la vida en un forcejeo con patrulleros de la Policía. Según el reporte policial, los uniformados sorprendieron a varias personas que departían con bebidas embriagantes y sustancias estupefacientes en el lugar.
“Uno de los policías recibió varios machetazos que destruyeron la parte superior del casco e hizo uso del arma de dotación al ser comprometida su vida e integridad”, señaló el Comando de la Metropolitana.
Otra versión
Familiares y vecinos de la víctima dicen, por su parte, que “los policías llegaron y sacaron el revólver de una. Lo que hice fue decirle a Andrés que entrara a su casa. Cuando él va entrando, uno de los policías lo empuja y él lo que hace es tirarle una trompada para defenderse. Varios policías, eran como cuatro, comenzaron a pegarle y uno de ellos le dio dos balazos”, manifestó un testigo.
Luisa Reyes, madre del soldado asesinado, no ha descansado en todo este tiempo buscando que la Fiscalía, Policía y Ejército le respondan y den la cara a sus solicitudes. “No me dicen cómo va el proceso, nadie responde”.
La mujer contó otros detalles de lo ocurrido aquel lunes en la noche, cuando su vida cambió para siempre. “Andrés tenía problemas psicológicos, por lo que él nunca se dormía temprano. Ese día tampoco lo hizo, pero estaba en la terraza de la casa, y no tomando y en fiesta como dice la Policía”.
“Yo lo que quiero es que me muestren los videos de las cámaras de seguridad que están en frente de la casa, la Fiscalía no ha querido hacerlo, y ahí se debe ver claramente qué fue lo que pasó”, puntualizó la mujer.
Continuó diciendo que su hijo se defendió cuando los policías le quitaron la bicicleta que un amigo le acababa de dejar en su casa.
“Fue todo lo que hizo, no les dio con machete ni nada de lo que dijeron”, anota Luisa.
/Colprensa