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Al menos 10 manifestantes prodemocracia murieron el miércoles en Birmania a manos de las fuerzas de seguridad, que siguen usando munición real para reprimir estas protestas, un hecho que ilustra el fracaso de la comunidad internacional a la hora de frenar la espiral de violencia generada tras el golpe de Estado militar en el país.
Siete personas murieron durante una protesta en favor de la democracia en la ciudad de Monywa (centro), indicaron a la AFP fuentes médicas. A 130 kilómetros de distancia, en Mandalay, la segunda ciudad del país, dos manifestantes perdieron la vida al recibir disparos en la cabeza y en el pecho, según un médico, que pidió el anonimato por miedo a represalias. Y en Myingyan (centro), un hombre de 20 años murió y otras 17 personas resultaron heridas, según los socorristas.
Las imágenes difundidas en las redes sociales muestran a este joven cubierto de sangre mientras sus amigos lo trasladan lejos de las barricadas.
En otros videos se escuchan una serie de detonaciones y a los manifestantes gritar: «¡Nuestra revuelta debe triunfar!». «Las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos, munición de goma y balas reales», según un rescatista presente en el lugar.
Con cortes de internet, un refuerzo del arsenal represivo y olas de detenciones, la junta militar no ha dejado de intentar asfixiar a sus detractores desde el golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, el 1 de febrero.
Los birmanos siguen, pese a todo, saliendo a las calles para reclamar la marcha de los generales golpistas y la liberación de cientos de detenidos encarcelados en las últimas semanas.
#Birmania. 🔴Imágenes duras
Difundidas en redes sociales y recogidas por agencias muestran cómo un partidario de las Juntas Militares golpistas apuñala a uno de los manifestantes que piden la vuelta a la Democracia mientras la policía no hace nada. pic.twitter.com/ciIlAPtyc2— Mavi Doñate (@mavidonate) February 25, 2021
La situación es muy tensa en Rangún, la capital económica, especialmente en algunos barrios del norte, donde un dispensario recibió una veintena de heridos. Cerca de la pagoda Sule Paya, en el centro de Rangún, los manifestantes organizaron una concentración y arrojaron al suelo las tapas de los cubos de basura que usan como escudos improvisados.
«No hagan nada contra la policía y el ejército. Si vienen a expulsarnos violentamente, continúen manifestándose pacíficamente», gritaba un joven usando un altavoz. «Nos mantenemos unidos», respondieron los manifestantes.
La jornada del domingo fue especialmente mortal con al menos 18 manifestantes fallecidos, según Naciones Unidas. Una de las víctimas fue enterrada este miércoles.
Cientos de personas cantaron «la democracia es nuestra causa» alrededor del ataúd cubierto con flores.
CONFUSIÓN EN LA ONU
El ejército sigue ignorando las condenas internacionales. Incluso el embajador birmano en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, rompió con los generales golpistas la semana pasada, llamando a «poner fin al golpe de Estado».
Desde entonces, la junta designó a un sustituto, pero Kyaw Moe Tun asegura que sigue representando al país, un lío jurídico que deberá resolver la ONU.
El Consejo de Seguridad abordará de nuevo la situación en Birmania el viernes a petición del Reino Unido. A principios de febrero, sus 15 miembros expresaron su inquietud en una declaración, pero sin condenar el golpe de Estado, ya que Pekín y Moscú, aliados tradicionales del ejército birmano, se oponían.
Fuente: AFP