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En el último trimestre se crearon más de 60.000 empresas. Esto es importante porque la creación establece en buena medida la dinámica económica.
Julián Domínguez, quien es el presidente de Confecámaras, asumió también la presidencia del Consejo Gremial Nacional el pasado 1 de enero tras remplazar a Sandra Forero, presidenta de Camacol.
El directivo llega en un momento sin precedentes en el que el tejido empresarial ha sido impactado gravemente y en el que se tienen que tomar medidas con urgencia, como la reforma tributaria y laboral. Para él, la economía y la salud no pueden verse como opuestos.
¿Qué balance se puede hacer de la creación de empresas?
En el último trimestre se crearon más de 60.000 empresas. Esto es importante porque la creación establece en buena medida la dinámica económica, que estaba en un muy buen momento al cierre de 2020. Hay una reactivación que se viene dando de manera importante. Creció también en 30% el número de empresas empleadoras. Es uno de los elementos que demuestra la importancia de tener abierta la economía.
–Pero en enero se empezó con cuarentenas ¿cómo afecta esto?
Crecer 5% este año debe ser nuestro objetivo. La pregunta es qué tenemos que hacer. Hay una serie de factores de fondo. En primer lugar, tener una buena articulación. Somos un país de ciudades, es necesario tener comunicación. En segundo, seguir luchando por la formalización. El principal agresor de la situación de contagio es la informalidad. Sin duda hace inmenso daño a la salud. En la informalidad es donde no se cumplen los protocolos. Hay que aprender sobre lo aprendido, eso debe implicar un equilibrio entre la vida empresarial y la vida de las personas. No pueden ser factores excluyentes.
Este año hay una inminente reforma tributaria, ¿qué esperan de esta?
Tenemos mucha expectativa de la opinión de la misión tributaria y fiscal que estableció el Gobierno, que será entregada en febrero. Es importante cómo van a plantear ajustes fiscales, que reclaman muchos centros de pensamiento, pero que de ninguna manera pueden implicar deteriorar la reactivación del sector empresarial. La propia vida de las personas depende de que el país tenga más recursos. Esto solo se produce con los impuestos y los aportes que hace el sector formal de la economía. Las medidas tienen que ir más allá de las cuarentenas. La salud no va en dirección opuesta a la economía.
También se habla de una reforma laboral que levanta muchas pasiones, ¿en qué se debe centrar la discusión?
Sin duda, en una modernización de las reglas de juego para el trabajo. El sector empresarial es el primer interesado en el bienestar de los trabajadores. Por eso no se puede plantear como una relación de enfrentamientos. Hay que buscar que Colombia sea más productiva y que los trabajadores tengan mayor bienestar. No podemos seguir destruyendo empleos porque tenemos unas reglas de juego que son muy antiguas y que no propician mayor informalidad y vinculación de personas al trabajo. /Colprensa.