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El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, que ha sustituido al Papa –afligido por una dolorosa ciática– en la celebración de la primera misa del año donde ha señalado que, además de la vacuna contra la Covid-19, la sociedad necesita una «vacuna para el corazón».
«Este año, mientras esperamos una recuperación y nuevos tratamientos, no dejemos de lado el cuidado. Porque, además de la vacuna para el cuerpo se necesita la vacuna para el corazón, que es el cuidado», ha señalado Parolin en la homilía que fue preparada por Francisco para este viernes 1 de enero que coincide con la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios. Este primer día del año se celebra además la 54 Jornada Mundial de la Paz, que este año lleva precisamente por título ‘La cultura del cuidado como camino de paz’.
En este sentido, el purpurado ha añadido: «Será un buen año si cuidamos a los otros, como hace la Virgen con nosotros». Por ello ha instado «encontrar tiempo para alguien». Y ha manifestado: «El tiempo es una riqueza de la que somos celosos, porque queremos usarla sólo para nosotros. Pidamos la gracia de encontrar tiempo para Dios y para el que está solo y sufre».
En su homilía, ha reivindicado la figura de la Virgen María que fue «bendición» para quienes la encontraron: para Isabel, para los esposos de Caná y para los Apóstoles en el Cenáculo.
En este sentido ha invitado a los cristianos a imitarla: «El mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos. Pero la maldición corrompe, hace que todo degenere, mientras que la bendición regenera, da fuerza para comenzar de nuevo. Pidamos a la Madre de Dios la gracia de ser para los demás portadores gozosos de la bendición de Dios, como ella lo es para nosotros».
De este modo, ha señalado que la Virgen María es «sólo el puente entre Dios y nosotros» y «el camino que Dios ha recorrido para llegar a nosotros y es la senda que debemos recorrer nosotros para llegar a Él».
En las reflexiones preparadas por el Papa y leídas por Parolin, también se hace hincapié en que Jesús «no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente». En este sentido, el secretario de Estado del Vaticano ha manifestado que las mujeres «conocen esta concreción paciente» mientras que los hombres son «frecuentemente más abstractos» y quieren «las cosas inmediatamente».
«Las mujeres son concretas y saben tejer con paciencia los hilos de la vida. Cuántas mujeres, cuántas madres de este modo hacen nacer y renacer la vida, dando un porvenir al mundo. No estamos en el mundo para morir, sino para generar vida», ha destacado Parolin.
Por otro lado, también ha instado a los sacerdotes a que «bendigan al Pueblo de Dios, sin cansarse». Y ha asegurado: «El Señor sabe que necesitamos ser bendecidos: lo primero que hizo después de la creación fue de cada cosa y decir muy bien de nosotros. Pero ahora, con el Hijo de Dios, no recibimos sólo palabras de bendición, sino la misma bendición: Jesús es la bendición del Padre».
Tan solo unas cien personas han participado en la misa de este viernes 1 de enero celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano. Todas ellas, además de llevar mascarilla, han respetado las distancias de seguridad marcas por la emergencia sanitaria sentándose cada una en un banco de la basílica.
ROMA, (Europa Press) –