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Miles de personas volvieron a protestar este sábado en las principales ciudades francesas, por tercer fin de semana consecutivo, contra un polémico texto de ley sobre seguridad.
Las autoridades se habían preparado para posibles actos de violencia, después de que las dos últimas manifestaciones desembocaran en violentos incidentes y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes calificados de «ultras por las autoridades», especialmente en París.
Esta vez, el colectivo de sindicatos y asociaciones al frente de la protesta no llamó a manifestarse en la capital, pero una parte de este grupo decidió, no obstante, hacerlo.
Reunidos detrás de una inmensa pancarta donde se leía «alto a las leyes liberticidas, alto a la islamofobia», varios miles de manifestantes –10.000 según los organizadores– marcharon en el centro de París en dirección a la Plaza de la República, rodeados por la policía antidistubios.
Finalmente no hubo mayores altercados y unas 142 personas fueron detenidas en la capital, tuiteó el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Además de París, también hubo manifestaciones en Montpellier (sur), Estrasburgo (noreste), Lille (norte), Toulouse (suroeste) y Marsella (sur).
Aprobada por los diputados, la propuesta de Ley Seguridad Global suscita desde hace semanas fuertes críticas por parte de la izquierda, periodistas y oenegés de defensa de las libertades, en particular su artículo 24 que penaliza la difusión malintencionada de imágenes de las fuerzas del orden.
El texto es acusado por sus detractores de «atentar contra las libertades de la prensa, de expresión y de manifestación» y de instaurar «instrumentos de vigilancia de masas».
Esas críticas se vieron reforzadas por la paliza que recibió un productor de música negro por parte de la policía, el 21 de noviembre.
Ante la indignación que crea el artículo 24, el gobierno dejó finalmente en manos del parlamento la tarea de encontrar una nueva formulación. El texto debe presentarse al Senado en enero.
París, Francia | AFP |