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Si bien la quema de pólvora ya está prohibida en buena parte del país, esta práctica se sigue dando, con los riesgos que conlleva en especial para los niños. Ante el temor sobre nuevos casos de accidentes, la industria médica alertó sobre posibilidades de desarrollo de pérdidas auditivas que podrían desembocar en sordera por el estallido de estos voladores y juegos pirotécnicos.
De hecho, algunos estallidos son tan fuertes, que pueden provocar daños irreversibles. El caso reciente que enciende las alarmas es el de una menor de edad, quien perdió la audición tras el estruendo provocado por la pólvora, durante una alborada ilegal en Medellín: a una niña se le estalló el tímpano como consecuencia del impacto.
El caso más común es el del trauma acústico agudo, que se presenta básicamente por las papeletas, los disparos y hasta los truenos en una noche de tormenta. Estos sonidos pueden afectar el oído interno porque superan los 30 a 40 decibeles, dependiendo si se trata de niños o adultos.
“La explosión por pólvora puede generar un trauma acústico con la consecuente lesión coclear y la aparición de pérdida auditiva leve, moderada o severa, dependiendo de que tan cerca esté la persona de la fuente sonora”, comenta el otólogo aliado de MED-EL, Jaime Hernández.
Si bien, muchos de los casos de sordera tienen causas congénitas, también existen elementos exógenos que pueden facilitar su aparición, como es el caso de las turbinas de los aviones, el ruido excesivo de un bar y por supuesto, actividades como la quema de pólvora.
A propósito del tema, el fonoaudiólogo de MED-EL, Jonathan Bareño, habló sobre las consecuencias de la explosión de estos artefactos en el oído.
Según el especialista, además de causar quemaduras, puede generar trauma auditivo. El impacto puede generar hipoacusia, enfermedad conocida comúnmente como sordera. La explosión de la pólvora puede dañar el tímpaño: una membrana dentro de la oreja y que está unida a la cóclea, en donde se ubica el órgano de la audición.
“Lo que produce la pólvora es traumar esa membrana grande que es el tímpano y que la onda de sonido expansiva que llega hasta la cóclea, genere traume acústico porque se daña el órgano más interno”, comenta el especialista tras recomendar especial cuidado con los más pequeños.
DAÑO AL TÍMPANO
Al presentarse daño en una cadena de huesecillos que son el martillo, el yunque y el estribo, el sonido no se transmite y se corta ese puente óseo, lo que se traduce en una hipoacusia o sordera.
“Otro de los síntomas que puede presentar la persona es la aparición de tinnitus o acúfenos que pueden permanecer como secuela temporal o permanente. Por eso, los juegos pirtotécnicos que se organizan en las festividades de muchas ciudades del mundo, se deben ejecutar por personas profesionales con toda la protección auditiva, a fin de evitar lesiones leves a severas”, comenta el otólogo Jaime Hernández.
En caso de una pérdida auditiva súbita, hay soluciones auditivas como las implantables que permiten reemplazar las funciones del oído para recuperar la audición, según sea el caso.
Se calcula que 446 millones de personas, es decir más de 5% de la población mundial, tiene una pérdida auditiva incapacitante y que 1 de cada 10 perderá el oído en 2050, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, se calcula en más de 500.000 el número de personas con pérdida auditiva, que es discapacitante cuando supera los 40 decibeles en el mejor oído auditivo en adultos y de 30 decibeles en el caso de los niños.
BOGOTÁ (Colprensa)