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Hay muchas circunstancias que desembocan en un problema de autoestima, situaciones que han sido enumeradas a lo largo de los años, sin embargo existen otras, que las mujeres conocen, pero que al temer contarlas o creer que solo les pasa a ellas, comienzan a suprimir o normalizar y derivan en una violencia auto infligida, permitiéndole a cualquier persona arremeter contra ellas y generar violencia.
Es una realidad que puede transmitirse de una generación a otra convirtiéndose en un círculo vicioso, conduciendo inconscientemente, a que sus hijas repitan su historia.
Este es el caso de los problemas vaginales, la sociedad los ha estigmatizado y convertido en un tabú, muchas personas erróneamente consideran que solo es un órgano útil para el sexo y por eso es innombrable, incluso cuando llega la menstruación, que es un proceso totalmente natural, y que se convierte en un escándalo al pronunciarlo en voz alta.
Se tiene el concepto erróneo de que la violencia solo es física, y dejamos de lado la psicológica y emocional, que incluso pueden llegar a ser igual o más destructivas que los golpes, por ello el doctor Jorge Alberto García, médico uroginecólogo especialista en salud íntima femenina, nos invita a reflexionar sobre el tema.
La falta de empoderamiento de ellas, la conciencia de su sexualidad y el derecho que tienen a vivirla y disfrutarla, pueden traer problemas graves de autoestima y violencia autoinflingida.
El doctor Jorge Alberto García, presidente de la Asociación Colombiana de Ginecología Urológica, nos cuenta como a su consultorio llegan mujeres con preocupaciones como, por ejemplo, la discriminación de su pareja por aspectos de la intimidad, el color, el tamaño, o después de tener su hijo problemas de incontinencia, etc, sintiéndose inseguras y apenadas al respecto.
Lo que explica el doctor García es que estas situaciones son más comunes de lo que se cree, y son tratables de diversas maneras, por miedo o vergüenza la mujer no se realiza controles, dejando que esto avance, en vez de buscar soluciones que le generen mayor seguridad, es una forma de autoflagelarse.
Por eso es momento de empezar a inculcar la cultura del autocuidado, que para poder brindar a los demás, sean hijos, parejas, amigos, etc, primero se debe estar bien consigo mismo y así, evitar futuros casos de violencia, porque si me valoro, me amo y me respeto, denunció y no permito que nadie me maltrate y me lastime.
En el mundo actual, la baja autoestima en la mujer está presente, lo cual conlleva a permitir muchas veces maltrato físico, psicológico y emocional de sus parejas.
De acuerdo con el informe presentado durante el año 2020, por ONU Mujeres, se ha establecido que de todas las mujeres que tienen pareja, al menos el 35% han vivido alguna de estas situaciones.
Lo que nos ha enseñado la sociedad es que existen diversas situaciones en las que la vagina, además de ser parte importante de la sexualidad, también es vital para la procreación y para la existencia de la humanidad, desde la concepción hasta el parto, y esta experiencia, junto con el paso del tiempo, genera ciertos cambios normales que generan miedos, pero que son tratables de distintas maneras, evitando que la mujer se avergüence y no pueda continuar sintiéndose tranquila y empoderada en su día a día.
Es momento de resaltar la importancia de educar desde casa, no solo enseñar a nuestros niños el respeto por las mujeres, sino priorizar en nuestras niñas el amor propio, la conciencia de su genitalidad sin tabúes o miedos inculcados, enseñar desde pequeñas que es fundamental ir a revisiones médicas periódicas, acercarse a un especialista si sienten algo irregular o alguna inseguridad en su cuerpo, ya que la salud está primero y al sentirse bien consigo mismas les permitirá ver la importancia de ellas como seres únicos y como figuras valiosas en la sociedad.
El empoderamiento en este caso se da desde el conocimiento y guía médica y real, no dejando espacio a mitos, información errada o comentarios.