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Fieles celebraron el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa
Los fieles, como todos los años y cada mes de noviembre rindieron homenaje a la Virgen de la Medalla Milagrosa en la ciudad de Santa Marta. El santoral católico samario rememoró con diversas actividades a esta aparición mariana de la Virgen María que hace alusión al momento en que la madre de Dios se apareció a Santa Catalina Labouré en 1830.
La celebración que inició nueve días atrás con la novena que se realizó en el cerro ubicado en el barrio El Cundí y la cual dio pie al día central de la fiesta de la Madre de Dios, en esa particular advocación religiosa que se rememoró el día de ayer.
Es así como ayer la celebración de los devotos samarios inició desde las 5:00 de la mañana, con la celebración de una eucaristía y del rosario en el cerro del barrio ubicado en El Cundí donde reposa la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Posteriormente se llevó a cabo a las 5:30 de la tarde una procesión que por motivos de bioseguridad este año se realizó por medio de una caravana automovilística que culminó en el Templo San José, en donde se celebró la eucaristía. “Es una Virgen que me da mucha paz, me transmite mucha serenidad», dijo uno de los fieles que hizo parte de la procesión.
La misa solemne que fue presidida por el párroco Alexander Cano, del templo San José a donde arribó la procesión de la Virgen con sus fieles devotos. La fiesta se vivió con amor y en oración, pero también de manera obediente y acorde con los protocolos exigidos por las autoridades y la Santa Madre Iglesia, para preservar la vida entre todos.
HISTORIA DE LA IMAGEN EN EL CERRO EL CUNDÍ
La imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa que perpetúa en el cerro ubicado en el barrio Cundí, se instaló en el año 1951. Llegó a la ciudad dividida en tres partes según cuenta el devoto Luis Carlos Del Risco Suárez.
“Afortunadamente había personas por aquí cerca viviendo que eran maestros de obras y albañiles quienes trabajaron en el ensamble de la imagen, entre ellos mi padre. Esa imagen fue elaborada por una persona que vivía una cuadra delante del colegio Hugo J. Bermúdez”, manifestó Del Risco Suárez.
De acuerdo con lo narrado por el devoto de la Virgen de la Medalla Milagrosa, la persona que en aquella época pidió colocar la imagen en un sitio desde donde pudiese ser vista desde su casa.
“Esta imagen se puede ver si alguien camina desde la carrera Quinta con carrera diecinueve, es la única calle por donde usted puede verla durante todo el recorrido, porque quien la mandó a hacer pidió eso, que la imagen tuviera la posición para que desde que se levantará el pudiera ver a la santísima Virgen”, narró Del Risco Suárez.
Actualmente la comunidad tiene la intención de convertir el cerro en un santuario mariano, para que propios y aquellas personas que visiten Santa Marta puedan participar de las eucaristías y novenas que allí se realizan a la Virgen.
LA HISTORIA DE LA MEDALLA MILAGROSA
La aparición de la Virgen ante la novicia francesa Catalina Labouré tiene lugar en un momento en el que se sucedieron varias visitaciones celestiales de María, razón por la que el Papa Pío XII bautizó esta época, los años treinta del siglo XIX, como la «era de María», en relación a las distintas visiones que tuvieron feligreses en lugares que, con el paso del tiempo, se han convertido en paradas imprescindibles de peregrinación gracias a la presencia de la Virgen, como Lourdes, en Francia, o la ciudad portuguesa de Fátima.
Una noche, mientras dormía, la santa recibió el siguiente aviso por parte de un niño que había ido a buscarla a su alcoba: «Levántate pronto y ven a la capilla. La Santísima Virgen te espera».
Anteriormente, Sor Catalina ya había experimentado otras visiones, aunque el mensaje que la Virgen le tenía reservado el 27 de noviembre de 1830 marcaría un antes y un después en la historia de la Iglesia católica. En un momento dado de la aparición de la Virgen, a María le rodeó una forma ovalada en torno a la que se descubría, según lo que dicta la tradición católica, la frase «María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que acudimos a ti».
A continuación, la madre del Señor le habría pedido a Catalina Labouré que impulsará la acuñación de una medalla, que haría de todo aquel que la llevara alguien que recibiría «grandes gracias, más abundantes para los que la lleven con confianza».
Una estampa que en las décadas posteriores se llenaría de significado y se convertiría en un símbolo de fe con mucho arraigo entre los creyentes católicos, en parte por la enigmática historia que hay detrás de la medalla, ya que la Virgen no sólo se habría aparecido ante la novicia en una ocasión, sino que habría vuelto a visitarla posteriormente para garantizar que se terminase de confeccionar la imagen.
ORACIÓN A LA VIRGEN
Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos nos bendiga tu amorosa protección, y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen poderosa, consérvanos siempre a tu lado en todos los instantes de nuestra vida. Concede a estos hijos, la gracia de una buena muerte, para que en unión contigo podamos gozar para siempre de la eterna felicidad. Amén.