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Los esfuerzos para combatir la pandemia de covid-19 bloquearon las campañas de vacunación contra el sarampión en dos docenas de naciones, afectando a 94 millones de personas, advirtieron el jueves la OMS y las autoridades sanitarias de EEUU.
La gravedad de la situación se aprecia frente a las estadísticas según las cuales en 2019 el sarampión mató a 207.500 personas, un balance 50% superior al de cuatro años antes.
Desde «antes de la crisis de coronavirus, el mundo estaba atrapado por una crisis de sarampión, que no ha desaparecido», dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.
La Organización Mundial de la Salud y los centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos advierten que «en noviembre, más de 94 millones de personas corrían el riesgo de no ser vacunadas como estaba previsto debido a la interrupción de las campañas de control del sarampión en 26 países».
De los países que pospusieron las campañas programadas para 2020, solo ocho (Brasil, Etiopía, Nepal, Nigeria, Filipinas, República Centroafricana, República Democrática del Congo y Somalia) han reanudado las vacunaciones.
El sarampión ha progresado en todas las regiones, y se han registrado epidemias importantes en la República Democrática del Congo, Madagascar, Ucrania, las islas Samoa y Brasil.
En total, se notificaron casi 870.000 casos de sarampión en 2019, la cifra más alta registrada desde 2016.
Para el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, «estos datos muestran claramente que no estamos protegiendo a los niños contra el sarampión». Y sin embargo, agregó, «sabemos cómo prevenir brotes y muertes por sarampión».
El sarampión, caracterizado por la erupción de manchas rojas en la piel, es causado por un virus que se transmite muy fácilmente por contacto directo o en el aire.
La mayoría de las muertes se deben a complicaciones de la enfermedad y entre las más graves la OMS cita ceguera, encefalitis, diarreas, infecciones de oído e infecciones respiratorias graves como la neumonía.
Desconfianza anti-vacunas
Antes de que se introdujera la vacunación en 1963 y se generalizara, se registraban grandes epidemias cada 2 o 3 años que podían causar más de 2,5 millones de muertes.
Tras una caída espectacular de los casos entre 2000 y 2016 gracias a las grandes campañas de vacunación, el sarampión ha experimentado un fuerte resurgimiento en el mundo, debido a la insuficiente vacunación ligada en particular, en algunos países y comunidades, a la desconfianza en vacunas.
Esta desconfianza hacia la vacuna combinada contra el sarampión, las paperas y la rubéola, conocida en varios países como «triple», fue motivada por un estudio de 1998 que vinculó la vacuna y el autismo.
Sin embargo, rápidamente se estableció que el autor de la supuesta investigación había falsificado sus resultados, y desde entonces varios estudios han demostrado que la vacuna no aumenta el riesgo de autismo.
La proporción de la población mundial que ha recibido la primera dosis de la vacuna (de las dos recomendadas) se ha estancado durante diez años entre el 84% y el 85%, y la de la segunda dosis es del 71%. Para prevenir epidemias, la meta es del 95%.
Los seis países con el mayor número de bebés que omitieron la primera dosis en 2019 son Nigeria, Etiopía, la República Democrática del Congo, Pakistán, India y Filipinas.
«Debemos trabajar colectivamente para apoyar a los países e involucrar a las comunidades para que vacunen a todos, en todas partes, contra el sarampión y detener este virus mortal», insistió el jefe de la OMS.
Fuente: AFP