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En Estados Unidos, al término de una campaña agitada, el candidato demócrata Joe Biden triunfó, así el presidente Donald Trump se resista a aceptar que perdió. Hubo gran volumen de electores a pesar de la pandemia, nítido el querer mayoritario de los votantes, el debate no fue ideológico pero resulta palpable la diferencia de los aspirantes respecto de muchos temas.
Destacable el cubrimiento de la noticia, las encuestas fallaron, analistas sostienen que el país se dividió, ello es cierto desde el punto de vista electoral; sin embargo las instituciones pilares permanecen, demócratas y republicanos mantienen en el Congreso representación casi paritaria.
El actual mandatario olvidó que la neurosis es mala consejera, la política no puede hacerse a puntapiés. De todos modos cuando los ánimos se calmen veremos la parte positiva del resultado electoral el cambio de estilo, la recomposición de vínculos con los organismos mundiales. Seguramente se revocará la decisión de retirar a los Estados Unidos del acuerdo de Paris suscrito en el 2016 por ciento noventa y cinco naciones sobre cambio climático para evitar el deterioro del medio ambiente y disminuir la contaminación en el planeta.
Desde cuando el señor Trump llegó a la Presidencia ha retirado a su país de varios pactos y foros bilaterales y multilaterales, entre ellos del acuerdo nuclear con Irán, del consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la organización de esta para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y en junio del 2020 comenzó el proceso para la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El presidente Biden ha anunciado que revocará tales decisiones. La Comunidad Europea espera que mejoren las relaciones con la potencia mundial, Rusia y China que cesen los altibajos en la actitud del gobierno norteamericano en cuanto a comercio y América Latina espera la apertura de ventanas en lugar de la construcción de muros respecto de agendas comunes. Los seres humanos, después del paso de ochocientas generaciones, deben conjuntamente garantizar un futuro mejor para la actual y las venideras, que la vida subsista.
No hay reloj que de vuelta hacia atrás, las cordiales palabras del presidente electo en la noche del pasado sábado dirigidas a sus compatriotas sin distingos de género, raza, religión o edad, se enmarcan dentro de la responsabilidad, buena la decisión de emplear la ciencia y la tecnología al más alto nivel para superar la tragedia del coronavirus, habló de unidad, de liderazgo, insistió en que el futuro se crea con base en la historia, la civilización y la cultura, acertó.
La vicepresidenta Kamala Harris confirmó liderazgo y condiciones para ejercer el cargo dueña de espíritu progresista y liberal. Es tiempo de persistir en los postulados expuestos por Barack Obama: “Creemos en un Estados Unidos generoso, un Estados Unidos compasivo, un Estados Unidos tolerante, un Estados Unidos abierto a los sueños de una hija de inmigrantes que estudia en nuestras escuelas y jura fidelidad a nuestra bandera.”