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Más de 100 millones de personas ya han votado anticipadamente en persona o por correo, más de la mitad de los votantes de la pasada elección presidencial de 2016, y se esperan cifras récord de participación en los comicios de este martes.
Estados Unidos está a las puertas de una de las elecciones más importantes de su historia en medio de una encrucijada, golpeado por una pandemia sin precedente y sumido en una profunda reflexión sobre el racismo. Este 3 de noviembre los estadounidenses deberán decidir entre el presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden, representantes de dos visiones diametralmente opuestas sobre el destino del país, las formas de resolver sus problemas y la actitud hacia la oficina de la presidencia. Pero se requerirá de mucha paciencia para conocer los resultados.
En comicios pasados era usual que la noche misma de la elección presidencial fuera posible declarar un ganador. Pero la cantidad de personas que ya han votado es inédita en la historia del país, ya sea temprano o por correo, algo que podría demorar el escrutinio.
En este contexto, es muy probable que no sea posible establecer quién será el próximo presidente estadounidense en la noche del martes o la madrugada del miércoles.
La campaña llega a su final en momentos en que la pandemia del coronavirus está en auge, al haber causado la muerte de más 231.000 personas en el país y haber dejado a unas 20 millones sin empleo.
Ha sido un año extraordinario, en que Trump fue enjuiciado por el Congreso, la candidatura de Biden sufrió una dura prueba durante las primarias y la pandemia del coronavirus trastocó totalmente el panorama electoral.
Trump ha pasado meses lanzando denuncias, sin ofrecer evidencia alguna, de que las elecciones podrían ser fraudulentas, y se ha negado a prometer una transición pacífica del poder en caso de que pierda.
¿Cuándo se sabrá quién ganó?
Usualmente, los resultados oficiales comienzan a fluir en cada estado poco a poco una vez que se cierran las últimas casillas el martes por la noche, por lo general entre las 7 pm y las 9 pm hora local. A esas horas también comienzan a publicarse encuestas de salida, que televisoras y otras entidades realizan para tratar de proyectar, junto con los datos oficiales, quién es el ganador.
Así era factible proyectar hacia la medianoche quién sumaba al menos 270 votos electorales y, por tanto, era el nuevo presidente.
En la elección de 2020 eso podría cambiar de modo sustantivo. Salvo que se registrase una ventaja tan abrumadora de un candidato en multitud de estados de modo que el conteo del voto por correo no pudiese revertir el conteo, la definición de quién ocupará la Casa Blanca el próximo 20 de enero deberá esperar algunos días. Varios estados, entre ellos algunos que podían ser decisivos, no podrán empezar a contar los votos por correo sino hasta el mismo día de la elección, y dado que ello es un proceso más lento que el conteo de los presenciales, podría no serles posible establecer un ganador la noche de la elección.
Por ejemplo, estados clave como Pennsylvania, Wisconsin y Michigan podrían demorar algunos días en contar todos los votos por correo. Si la elección pende del resultado de esos estados, no se sabrá quién es el ganador sino hasta varios días después, posiblemente al menos hasta el viernes 6 de noviembre.
Si se dan recuentos o impugnaciones legales, podrían pasar semanas antes de que se diluciden quién es el ganador.