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El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, pidió «paciencia» en una carta abierta a la población ya que el conteo puede llevar varios días a raíz del elevado número de votos por correo debido a la pandemia de coronavirus.
Algunos estados ya han comenzado a contar esos votos, pero la ley impide el conteo en Pensilvania hasta este martes, día oficial de la elección.
Trump asegura que el retraso en el conteo puede conducir a un fraude, y anunció que disputará el resultado en Pensilvania antes de que se terminen de contar los votos.
«En la noche, tan pronto cuando termine la elección, iremos con nuestros abogados» a pelear el resultado en Pensilvania, dijo Trump el domingo a periodistas, según The New York Times.
«El presidente no robará esta elección», respondió Biden.
De manera excepcional, la Suprema Corte estadounidense permitió a Pensilvania contabilizar votos por correo que lleguen hasta tres días después de la elección, contra la voluntad de los republicanos. Pero el tema podría regresar al máximo tribunal después de los comicios.
En este estado que forma parte del «Rust Belt» (cinturón del óxido), marcado por el declive industrial, Biden apuesta a recuperar los votos de familias blancas de clase obrera y votantes negros urbanos.
Las grandes ciudades de Pensilvania votarán seguramente por Biden, mientras que se espera que el oeste rural y el centro conservador apoyen a Trump.
«Donald Trump ve el mundo desde Park Avenue», la elegante avenida de Nueva York donde residen los millonarios, tuiteó Biden el lunes. «Yo los veo desde donde vengo: Scranton, Pensilvania».
Extremadamente prudente a raíz de la pandemia, Biden, de 77 años, se abstiene de celebrar actos masivos como los que convoca Trump, de 74.
En una etapa en Filadelfia, varias decenas de personas se reunieron en un estacionamiento para escuchar hablar a un Biden con barbijo, la voz tan baja que era apenas inteligible.
FUNCIONARÁ PARA JOE BIDEN» –
Los mítines del magnate inmobiliario republicano son radicalmente diferentes. Miles de seguidores acudieron el sábado a uno de sus cuatro mitines en Pensilvania, muchos sin barbijo ni respeto del distanciamiento físico.
«Nadie ha visto nada como esto», dijo el presidente mientras era aplaudido a rabiar.
Biden pelea cada voto en Pensilvania, especialmente en la comunidad negra de Filadelfia, un electorado tradicionalmente demócrata pero que en 2016 no otorgó el apoyo esperado a la candidata Hillary Clinton.
El domingo hizo campaña en la iglesia Sharon Baptist Church, donde seguidores en unos 50 automóviles habían estacionado para escucharlo.
Aunque Millicent Hunter, una pastora negra de Filadelfia, dice confiar en un triunfo de Biden en el estado, insiste en que «no es momento de descansarse en los laureles».
¿Se inquieta por una posible repetición de lo que ocurrió en 2016, cuando Clinton lideraba los sondeos en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, pero perdió esos estados? La pastora duda.
«Creo que todos vimos esa película, fue una tragedia», dijo esta mujer de unos 60 años. «Pienso que funcionará para Joe Biden», acotó no obstante.