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Bayern consiguió el otro tiquete para la final

Bayern Múnich cumplió con su rol de favoritismo y goleó 0-3 al Olimpique Lyon, clasificando a la gran final de la Liga de Campeones donde el próximo domingo se estará enfrentando al PSG en el Estadio Da Luz de Lisboa, Portugal.

No hay equipo más en forma en toda Europa que el Bayern Múnich, que, ni siquiera cuando reduce su versión, parece superable para casi nadie, ayer el Lyon, por unas individualidades y una pegada imparables, como el desbordante Serge Gnabry, que transformó un inquietante 0-0 en un triunfo indudable hacia la final de la Liga de Campeones (0-3) del próximo domingo contra el París Saint Germain en Lisboa.

El extremo hizo los dos primeros goles y Robert Lewandowski marcó el tercero, pero no fue el aplastante equipo de cuartos de final. Ni se acercó. Tampoco lo necesitó. No hay límites aparentes para el bloque alemán, que siente una convicción inalterable, con una cantidad tremenda de recursos y un físico afinado, pero hoy por hoy menos determinante que todo el talento que tiene en sus futbolistas.

El Bayern no venció al Olympique Lyon por preparación física. Ni por una seguridad defensiva que, más bien, fue todo lo contrario. Lo hizo porque dispone en sus jugadores una capacidad tan diversa como incontestable para decidir cualquier partido en cualquier momento, hasta cuando menos se intuye, hasta cuando más dudas desprende, porque también hay veces que no se siente tan inaccesible.

Es su siguiente desafío: Neymar, Kylian Mbappé, Ángel Di María, Mauro Icardi, Verratti… Y un equipo hoy por hoy quizá inigualable en el potencial económico -a la vista está su millonaria inversión de los últimos tiempos-, mucho más reconocible hasta ahora que sus éxitos deportivos en Europa, por el poder que otorga la ‘Champions’.

 

 

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