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Una de las propuestas de los productores es pulverizar los excesos leche en épocas de sobreoferta, como la que se presenta en estos meses, donde además de las fuertes lluvias, también hay menos consumo por las vacaciones escolares.
Según los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), noviembre cerrará con precipitaciones por encima del rango normal en varias regiones del país y las lluvias se extenderán hasta mitad de diciembre. Un comportamiento que, según Carlos Estefan, gerente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), deriva en un aumento de la oferta de leche, como sucede de manera cíclica todos los años.
Pero si a este fenómeno que suele causar las denominadas ‘enlechadas’ se suma el comportamiento de los precios internacionales de la leche entera en polvo, el inicio de año para los lecheros podría ser amargo. Estos se encuentran a la baja, como lo demostró la última subasta de Fonterra, cuyo precio cayó 5,5%. Y aunque el país no se abastece con este producto transado, los precios sí definen el resto de operaciones internacionales.
Para Jeffrey Fajardo, director de Asoleche, esto se debe a que China ha reducido sus importaciones, el embargo a Rusia que impide que consuman más leche, la liberación de las cuotas de producción de la Unión Europea (UE) y la devaluación del dólar. “Esto está haciendo que el mundo empiece a aumentar sus reservas de leche y por eso se está dando esta caída”. Y aunque no se puede predecir el comportamiento de los precios, asegura que están a la baja.
El valor promedio por tonelada, según la última subasta, llegó a US$2.852. Diferencia cambiaria favorable para las importaciones, pero perjudicial para los productores en épocas de sobreoferta. “Habiendo disponibilidad suficiente de producción nacional no tiene sentido estar cubriendo el mercado con leche importada”, afirmó Estefan. Sin embargo, para Fajardo, “no se puede tener un mercado abierto a las importaciones por cuenta de los TLC sin una válvula de escape”.
Razón por la que considera que la mejor salida a los excedentes es la definición de la resolución que busca un precio diferencial por el producto, para hacerlo más competitivo con miras a la exportación. “Esperamos que salga en estos días y permita hacer acuerdos voluntarios para comprar excedentes a precios competitivos”, agregó.
Una de las propuestas de los productores es pulverizar los excesos leche en épocas de sobreoferta, como la que se presenta en estos meses, donde además de las fuertes lluvias, también hay menos consumo por las vacaciones escolares. Estefan considera que “la leche de sobreoferta necesitaría un precio diferencial para ser pulverizada por la industria, pero compensado con recursos del Fondo de Estabilización de Precios (FEP). Y como la industria debería conservar esta leche guardada, también se buscaría un incentivo al almacenamiento