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Con la compra de 59,1% de participación de Gas Natural S.A, por un valor de US$568 millones, el fondo canadiense Brookfield fortalece su operación en el sector energético colombiano y continúa en la puja para ser el próximo operador de Electricaribe.
Así lo concluyeron algunos analistas y expertos, quienes, además, explicaron que de presentarse la licitación, la generadora tendría que sortear dos obstáculos en el camino: la demanda de Gas Natural contra la Nación y el marco regulatorio actual que le cierra las puertas.
Es por eso que a pesar de que meses atrás el fondo Brookfield Infrastructure anunciara su deseo por ser el próximo operador de la Electrificadora del Caribe, aún faltan algunos temas normativos por aclarar. Según Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Generadores de Energía (Andeg), en este momento, “en teoría, la normatividad prohibe que una empresa tenga generación y comercialización y exceda los límites del mercado. Sin embargo, es posible mirar cómo se define la restricción y en qué casos”.
Frente a esta situación, la Creg señala, en sus resoluciones 128 de 1996, 042 de 1999 y 001 de 2006, que “para establecer las actividades de generación y comercialización, el límite máximo en la participación de mercado debe ser de 25% para la primera actividad”.
“Es decir, que de llegar a realizarse la transacción Brookfield podría incurrirá una posición dominante en el sector lo que implicaría que excede su participación en la ley de servicios públicos”, señaló Cesar Gorduy, experto en energía.
Los analistas señalaron, además, que en estos casos una de las salidas para continuar con el proceso de la operación de Electricaribe sería que Brookfield comprara un generador con muy poca participación en el mercado. Así, de hecho, se podría dar la operación.
Frente a este tema Camilo Silva, socio fundador de Valora Inversiones, aclaró que de llegar a normalizarse la situación, el fondo canadiense sería uno de los mejores oferentes para esa posible “licitación”, no solo por el músculo financiero tan alto, sino también porque podría marcar una mejor directriz que solucione los problemas de la prestación del servicio.
No obstante, Silva también aclaró que en este momento se debe analizar la demanda que está en pie ante Tribunal de Arbitramento de las Naciones Unidas. “Después de ver la normatividad, otro de los temas que podría frenar la operación sería la demanda que está en curso. Gas Natural Fenosa tendría que ceder la demanda que se adelanta en la ONU, para que los canadienses puedan reclamar lo que están pidiendo”.
Ante este panorama el camino por quedarse con Electricaribe parece estar nublado. Por un lado, faltan menos de siete meses para que la Superintendencia de Servicios defina el operador, y por el otro, de llegar a quedarse con la empresa, Brookfield tendría que invertir $1,1 billones adicionales para ejecutar el Plan5Caribe, uno de los proyectos para actualizar la red de la Costa Atlántica.
Se espera que en mayo el Gobierno Nacional decida quién tomará las riendas del negocio de electricidad en el Caribe.
Los proyectos de la canadiense en Latinoamérica
En Colombia, el fondo es dueño de Isagen y también de la Empresa de Energía de Boyacá (Ebsa), además, está en Brasil, donde tiene a cargo la concesión de nueve carreteras y un peaje, cuenta con propiedades comerciales en Sao Paulo y una firma logística. En Perú, tiene la participación mayoritaria en la concesión Rutas de Lima y está tras la licitación del gasoducto del sur. En Chile es propietario de Transelec, una transportadora de energía. Así, Latinoamérica representa entre 15% y 20% de los activos totales de Brookfield. Colprensa.