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La Fundación cultural El 5 a las 5 ha convocado a la comunidad regional a alinearse bajo un mismo denominador para hacerle frente a las nuevas responsabilidades que surgirán de la pandemia en boga o Coronavirus. Es una decisión positiva en cuanto busca promover consensos a fin de facilitar soluciones a los problemas que sobrevendrán.
El Covid-19 ha desencadenado situaciones de extrema gravedad. La revelación de las condiciones de pobreza o de pauperización que padece gran parte de la población debe llevar a una reparación de fondo del tejido social vigente, basado este en la falta de equidad o el consentimiento de tanta desigualdad, mientras la riqueza la acumula un bajo porcentaje de privilegiados, adueñados del poder y de sus políticas discriminatorias.
No se trata solamente de la letalidad del virus, al cual, desde luego, hay que buscarle científicamente una cura radical. Son varios los correctivos requeridos para superar las debilidades puestas en evidencia. Un paso prioritario es infundirle vigencia al principio de la Constitución según el cual “Colombia es un Estado social de derecho organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y bajo la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”. A partir de ese principio constitucional se deben promover las políticas y los planes tendientes a construir condiciones de bienestar para todos, lo cual comprende la salud, la educación, la cultura en todas sus variables, los servicios públicos, la vivienda, las vías, la seguridad ambiental y la paz en forma integral. Es la construcción de lo que falta y que mantiene a la nación en recurrentes crisis, con efectos nocivos que hacen crucial la existencia colectiva.
Circunscrita esta acción al ámbito regional se debe tomar en cuenta lo señalado por la Fundación El 5 a las 5. Son puntos concretos sobre los cuales debiera abrirse un amplio debate a través de mesas temáticas con participación de personas de todos los sectores y vertientes ideológicas, despojadas de prejuicios y mezquindades. Personas animadas en la definición de propuestas que surtan los hechos anhelados. No se puede seguir divagando ni haciéndole el juego a los resentimientos políticos que se alimentan de fatídicas nostalgias.
Lo que seguirá en la pospandemia implicará medírsele a los retos que se prevén. Hay que prepararse para esa tarea, asumiendo posturas serias. Hay que responder con reconocimiento de la realidad y la suficiente lucidez para acertar. Es lo que garantizará nuevos espacios en perspectiva de alcanzar las metas de satisfacción.
Se tiene que aceptar el compromiso de actuar bajo un común denominador, mediante la concurrencia de los que gobiernan, o ejercen la política, los educadores, los estudiantes, los líderes sociales, los promotores de cultura, los voceros de las iglesias, los profesionales de las distintas vertientes. Todos. Sería una forma de repetir el espíritu emprendedor de quienes asumieron la reconstrucción de Cúcuta tras el terremoto que la destruyó en 1875.
Puntada
La movilización popular en Estados Unidos en protesta contra la muerte del ciudadano afro de esa nación George Floyd es el rechazo al racismo y al despotismo de quienes representan la autoridad. Es la ira democrática enfrentada a los desvíos del presidente Donald Trump.
Por Cicerón Flórez Moya