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No es arriesgado hablar de una catástrofe laboral y económica, tal como lo han sugerido expertos y analistas. El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) es apenas el reflejo numérico de una realidad que comienza a calar profundo en el panorama nacional: el desempleo a una escala mayor y con pronósticos de recuperación no muy alentadores en muchos sectores.
La cifra del 19,8 % ya se esperaba, señalan los analistas. No es una sorpresa. Es la incertidumbre ante la recuperación de los empleos perdidos lo que enciende las alarmas de los economistas, pues las actividades productivas no podrán reactivarse de un día para otro y el consumo, a lo que se le apuesta como estimulante esencial de la economía, no tiene un futuro claro al estar tan vulnerables las finanzas de los ciudadanos.
“El efecto de la cuarentena se puede ver en la gran destrucción de empleo que ocurrió en abril. Según el DANE, ¡se perdieron 5,4 millones de empleos! Eso representa una cuarta parte del empleo que la economía tenía hace un año. Posiblemente nunca en la historia del país se había presentado una calamidad laboral de esta magnitud”, señaló Jaime Tenjo, director del Departamento de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Y es que, según el informe entregado por el Dane, la mayor cantidad de desocupados se concentró en las 13 ciudades principales y áreas metropolitanas, lo que deja ver que la actual situación de desempleo está directamente relacionada con las medidas de aislamiento preventivo que desde marzo están vigentes en el país.
De hecho, en las 13 ciudades principales la tasa de desempleo fue de 23,5 %, en contraste con el 11,1 % registrado en el mismo mes del año pasado.
“Infortunadamente, es probable que muchos de estos empleos nunca se recuperen. La cuarentena, que seguramente ha salvado miles de vidas, también ha puesto en serias dificultades económicas a muchas empresas y posiblemente un buen número de ellas no sobrevivirá a la crisis”, añadió Tenjo.
Al tratarse de una serie de mecanismos y dinámicas relacionadas entre sí, la economía se ve afectada en su totalidad y los académicos ven cada vez más difícil la instauración de un equilibrio general.
“A dos o tres meses de haber parado la máquina económica, vemos muy perjudicada a la clase trabajadora. Y dentro de los trabajadores, los más vulnerables son aquellos que reciben un salario mínimo. Ante esta situación de desempleo, va a haber menores posibilidades de compra y de consumo. Ese es el costo de detener la maquinaria”, señaló el consultor social y económico, docente de la Universidad EAN, Jorge Munévar.
El experto señaló también que “el gobierno tiene que ser absolutamente creativo para dinamizar la economía colombiana”, y dijo que esto se ha tratado de hacer desde el sector de la construcción, especialmente frente a la venta de vivienda nueva. Añadió que las secuelas en materia de mercado laboral van a ser visibles hasta 2022.
En su informe, el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, destacó que los sectores más afectados a nivel laboral por la pandemia son la manufactura, el comercio, el entretenimiento y la construcción.
Según cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), para abril del año en curso el sector presentó una reducción en la ocupación de 657.000 puestos de trabajo, pasando de 1.521.000 en abril de 2019 a 864.000 trabajadores directos en la actividad.
“Esto implica seguir creando todas las condiciones necesarias para que el tejido empresarial sostenga sus nóminas, fortalecer los programas del Gobierno Nacional que dan apoyo directo al empleo y que la reapertura gradual y ordenada de las actividades económicas prevista a partir del primero de junio, sea de manera oportuna y efectiva”, señaló Sandra Forero, presidente de Camacol y del Consejo Gremial.
El sector del comercio y la reparación de vehículos presentó una variación anual de desempleo correspondiente al -23,14 %.
Jaime Alberto Cabal, director de Fenalco, señaló que las cifras reveladas por el Dane “son un campanazo de alerta para los alcaldes, teniendo en cuenta que no solo deben preocuparse por la salud física sino por la salud del empleo, de los trabajadores y las empresas porque estamos viendo que estos efectos pueden ser todavía más agudos en el futuro. Hay que tratar de abrir todos los sectores económicos con todos los protocolos de seguridad, sin colocar tantas trabas”.
Otros analistas insisten en la necesidad de tener en cuenta la denominada población inactiva, que son quienes no solo no tienen empleo sino que no lo están buscando. Es decir, no se encuentran en las dinámicas del mercado laboral.
“La tasa de desempleo del 19,8 % está subestimada porque hubo un aumento muy importante de la inactividad, es decir, de personas que salieron del mercado laboral. Si esas personas, condicionadas muchas de ellas por el confinamiento, hubieran continuado buscando empleo, tendríamos una tasa de desempleo del 32,9 %”, señaló Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
Camilo Herrera Mora, fundador y director de la firma Raddar, considera que una de las grandes dificultades a mediano y largo plazo es la recuperación del empleo normal. Afirma que, en la medida que pequeñas y medianas empresas comiencen a recuperarse, se abrirán las posibilidades de restauración de empleo formal. Sin embargo, no desconoce que muchas empresas no soportarán la crisis y quebrarán.
Mejía añadió que “hay que pensar desde ya en medidas cortacíclicas, relacionadas con inversiones que permitan jalonar la actividad económica y el empleo. Ya el gobierno ha anunciado algunas relacionadas con el sector de las edificaciones, pero falta un componente importante relacionado con la inversión en infraestructura, la cual va a jalonar empleo no calificado”.
Para el senador Jorge Enrique Robledo es importante señalar que, si bien la pandemia ha impactado de manera contundente la economía mundial y nacional, el crecimiento de las tasas de desempleo no es una cuestión nueva. Se refirió a las cifras de los meses pasados donde el coronavirus no había golpeado de forma directa la economía nacional, siendo la de marzo 12,6 % y la de abril 12,2 %.
“El desempleo viene subiendo sistemáticamente desde 2015. Hay un fracaso del modelo económico que se ve agravado por la pandemia (…) Hay fuentes de recursos a las que no se está apelando: los créditos de emisión del Banco de la República; hay que tocar a los súper ricos, que son pocos pero muy poderosos, y la emergencia económica faculta al gobierno para modificar los tributos; tampoco veo modificaciones grandes en los gastos públicos”, dijo.
BOGOTÁ (Colprensa).