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Patricia Riaño Ferreira es una administradora de empresas, samaria, casada, con dos hijos y tres nietas.
POR:
LEIDY
HENRÍQUEZ GALVIS
En este 2020, desde que inició el mes de mayo, la incertidumbre cundió por la celebración del Día de la Madre, una fecha que aunque para muchos, es una más implementada por el comercio, no pasa desapercibida para aquellos que buscan honrar a ser dador de vida, único e inigualable.
Y es que en tiempos de pandemia a raíz del coronavirus, esta efemérides se vio truncada pues el segundo domingo de mayo las familias acostumbran a reunirse en restaurantes, sitios públicos o bien, en casa, para departir todos juntos en honor a las mamás… paradójicamente, la primera medida de prevención ante la emergencia es precisamente evitar aglomeraciones.
Como consecuencia, la única consigna que queda para todos es disfrutar en medio de las hostiles circunstancias y eso sí que lo tiene bien claro Patricia Riaño Ferreira, una samaria de 60 años quien le da gracias a Dios por permitir que en esta cuarentena, compartiera con la familia de su hijo mayor.
“Este año tengo la bendición de tener a la familia de Moisés, mi nuera y mis nietas conmigo, ya que viven en Weston, Estados Unidos; así que lo pasaremos todos juntos en familia, viendo películas, comiendo y disfrutando el día”, comentó Patricia Riaño a HOY DIARIO DEL MAGDALENA, casa Editorial que le hace un especial en este día.
Precisamente, a Moisés, su primogénito, lo tuvo a la edad de 22 años; para ella, “fue ver la grandeza de Dios manifestada en el milagro de la vida y no hay palabras para describir esa sensación”; tiempo después, nació Ana Patricia; los dos, fruto del matrimonio con Alfonso Moreno Linero y hoy, tienen 36 y 33 años respectivamente.
Esta administradora de empresas recuerda con emoción anécdotas y momentos de la infancia de sus hijos, de quienes dice que pese a que tenían sus habitaciones independientes, terminaban en su cama durmiendo, viendo televisión y hasta comiendo; hoy en día, ese placer lo vive con sus tres nietas: Emma (7), Zoe (3) y Mila Moreno Dosti (1).
“Cada etapa de la vida es hermosa y ser abuela es de las mejores; disfrutar esos angelitos, sin tener la responsabilidad primaria, es un renacer para la vida. Soy consentidora 100%, ya nosotras formamos y ahora somos las abogadas de nuestros nietos, sin olvidar los principios de la buena educación y crianza”, afirma.
Mientras las pequeñas están en casa de la abuela, a Patricia le encanta enseñarles cosas a través del juego, practican dominó, trabajan con plastilina u otras actividades de acuerdo con las edades de ellas; ven películas, van a piscina y disfrutan sus comidas favoritas.
Patricia Riaño Ferreira es hoy, una madre, esposa y abuela feliz, luego de ver que su esfuerzo, entrega y amor han dado resultados; en esta fecha solo pide a Dios mucha sabiduría para seguir construyendo su hogar y también aprovecha para enviar un mensaje a las madres jóvenes.
“Ser madre es un don de Dios para toda la vida, no importa si los hijos ya se fueron; los nietos son una extensión. Se necesita mucho amor, dedicación y esfuerzo, pero siempre recibimos la recompensa. No hay mejor profesión que la de ser madre”, concluyó.