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Se registraron 1.236 casos de agresiones de animales con rabia
Santa Marta cerró el 2019 con un acumulado de 1.236 casos de agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia, de los cuales se esperaban solo 28 y 13 fueron observados.
Esta cifra representó un aumento de la zoonosis viral causada por el virus de la rabia en el Distrito con el respecto al 2018, año en el que fueron notificados 1094, es decir, 144 casos menos con respecto al 2019. Para este año hasta la fecha, han sido reportados 137 casos en el Distrito de Santa Marta, 27 casos más en contraste con el mismo periodo de tiempo del 2019.
En el caso del departamento del Magdalena, la cifra dobló los números notificados en su capital la ciudad de Santa Marta, puesto que, de acuerdo con el último boletín epidemiológico entregado durante el 2019 por el Instituto Nacional de Salud, el departamento cerró con un total de 2 mil 439 agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia.
Lo anterior deja entre ver un aumento en las cifras con respecto al 2018, en donde el balance entregado fue de 2 mil 342 casos, es decir, 97 menos en comparación con el 2019.
No obstante, es importante mencionar que en lo que va corrido de este 2020, el evento ha tenido una disminución considerable con respecto al mismo periodo de tiempo del 2019, en donde fueron notificados 284 casos un aumento de 106 agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia, más que en el 2020 en donde se reportaron solo 178 casos.
PREVENCIÓN
Como medida de prevención La Alcaldía de Santa Marta a través de la Secretaría de Salud y su programa de Zoonosis, durante el 2019 llevaron a cabo jornadas de vacunación masiva antirrábica canina y felina, en los barrios del Distrito, en donde más de 23 mil gatos y perros fueron vacunados contra la rabia. El objetivo de estas jornadas fue prevenir la rabia en los humanos como enfermedad zoonótica y la transmisión del virus a otros animales
A manera de prevención la OMS también recomienda realizar sensibilizaciones en la comunidad sobre la rabia y la prevención de las mordeduras de perros, tanto para los adultos como para los niños. “Es necesario mejorar los conocimientos de las comunidades en materia de prevención y lucha contra la rabia, en concreto sobre la responsabilidad que supone tener una mascota, la prevención de las mordeduras y el modo de actuar cuando estas ocurren. El compromiso de las comunidades y su participación en los programas preventivos contribuyen a mejorar la cobertura y la recepción de la información más importante”, manifestó la entidad.
Asimismo, recomendó la inmunización humana preventiva. Se recomienda administrarlas a personas que tengan ocupaciones de alto riesgo, como el personal de laboratorio que trabaja con virus de la rabia y otros lisavirus vivos y las personas que realizan actividades profesionales o personales en las que puedan tener contacto directo con murciélagos, animales carnívoros y otros mamíferos de zonas afectadas por la rabia. Por ejemplo, es el caso del personal que trabaja en programas de lucha contra las zoonosis y de los guardabosques.
También se recomienda vacunar a las personas que viajen a zonas remotas donde se transmita la rabia que vayan a pasar mucho tiempo realizando actividades al aire libre, como la espeleología o el montañismo.
Igualmente, se debe vacunar a los extranjeros que viven en países de transmisión de la enfermedad y a los viajeros que se ven obligados a permanecer durante estancias prolongadas en zonas de alto riesgo si el acceso a los productos biológicos de prevención de la rabia humana es limitado.
Por último, conviene considerar la posibilidad de vacunar a los niños que residan o visiten zonas de alto riesgo, puesto que corren mayor riesgo debido a que suelen jugar con los animales. Los niños pueden sufrir mordeduras más graves e incluso no decir que han sido mordidos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, INS, la rabia es una zoonosis viral causada por el virus de la rabia, y se transmite por contacto con piel y mucosas, generalmente a través de la saliva de un animal infectado, casi exclusivamente por la mordedura de un animal infectado, aunque puede suceder por contacto de piel herida y de mucosa intacta con saliva, secreciones o tejidos procedentes de animales infectados
Asimismo, el ente de vigilancia aseguró que de manera excepcional puede trasmitirse de persona a persona por trasplante de tejidos, córnea principalmente, y a través de la vía respiratoria, en condiciones excepcionales de exposición, en ambientes fuertemente contaminados como laboratorios y cavernas.
Cabe mencionar que, aunque todos los animales homeotermos son susceptibles y pueden transmitir el virus de la rabia, pero el reservorio primario son los mamíferos carnívoros, es decir, los perros, zorros, zorrillos, etcétera y los murciélagos y la infección a través de la mordedura de estos animales es la principal vía de trasmisión al humano.
En Colombia de acuerdo con reportes del INS durante el año 2019 se presentaron un total de 141 mil 115 agresiones por animales potencialmente transmisores de rabia; 7 mil 181 más que en el 2018, año que cerró con un total de 133 mil 934 casos probables.
EN EL MUNDO
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la rabia es una enfermedad vírica infecciosa que acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos. En hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos. No obstante, la enfermedad afecta a animales tanto domésticos como salvajes.
De acuerdo con el organismo de la Organización especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial, la rabia es una enfermedad prevenible mediante vacunación que afecta a más de 150 países y territorios, y es posible eliminar esta enfermedad vacunando a los perros y evitando sus mordeduras.
Asimismo, reveló que el 40% de las personas mordidas por un animal del que se sospecha que padece rabia son niños menores de 15 años y se trata de una enfermedad presente en todos los continentes excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia o en África.
La OMS indicó además, que es una de las enfermedades desatendidas que afecta principalmente a poblaciones pobres y vulnerables que viven en zonas rurales remotas. Aunque hay inmunoglobulinas y vacunas para el ser humano que son eficaces, las personas que las necesitan no tienen fácil acceso a ellas. En general, las muertes causadas por la rabia raramente se notifican, y los niños de 5 a 14 años son víctimas frecuentes
SÍNTOMAS
El periodo de incubación de la rabia suele ser de 2 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica.
Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual o no explicable por otra causa. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.
Del mismo modo, la enfermedad puede adoptar dos formas: En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia, miedo al agua y, a veces, aerofobia, es decir, miedo a las corrientes de aire o al aire libre, y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
La otra forma, la rabia paralítica, representa aproximadamente un 20% de los casos humanos y tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o el arañazo.
El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la subnotificación de la enfermedad.
Por otro lado, el tratamiento depende de la localización de la mordedura, del estado general de salud de la víctima y de si el perro está vacunado contra la rabia. Los principios básicos de la atención son los siguientes: Buscar supervisión médica inmediata; lavar y limpiar la herida; practicar una sutura primaria de la herida si el riesgo de infección es bajo; administrar antibióticos profilácticos en el caso de heridas de alto riesgo o de personas inmunodeprimidas; aplicar un tratamiento antirrábico posexposición en función de si el perro está vacunado contra la rabia y administrar la vacuna contra el tétanos si la persona no está debidamente vacunada.