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El Instituto Nacional de Migración (INM) de México detuvo en las últimas horas a al menos 800 migrantes centroamericanos que ingresaron en un nuevo grupo manera irregular a través del río Suchiate.
Pero desde el inicio de la semana llegaron a México entre 500 y 1.000 migrantes de la primera caravana de 2020, que sumó hasta 5.000 personas, cruzaron corriendo el río Suchiate junto al puente Rodolfo Robles, que divide a Guatemala de México, donde miembros de la Guardia Nacional mexicana detuvieron en ese momento a 402 centroamericanos.
Otros 40 volvieron por su cuenta a Guatemala y 58 se internaron por la selva, además de un total acumulado de otros 679 hondureños deportados vía aérea por Villahermosa, Tabasco, y vía terrestre por Tapachula.
RCN Radio habló con Claudia León, coordinadora de la oficina del servicio de Jesuitas a refugiados en México en Tapachula, y es una de las personas que brindan atención legal y psicológica a los migrantes que intentan llegar en caravana hacia Estados Unidos.
Claudia explica que, si bien Estados Unidos es en la mayoría de casos el destino primordial para los caminantes, México hoy por hoy también lo es.
«Hemos visto cómo los solicitantes que llegan a México y que debido a todos los obstáculos y la política hostil de Estados Unidos se obligan a quedarse aquí y ahora no es la excepción», dijo.
Y es que la situación de violencia, de persecución y de falta de oportunidades económicas siguen siendo la mayor dificultad en los países centroamericanos para que las personas vivan dignamente.
«Hemos visto muchos adolescentes, familias enteras, mujeres embarazadas, queriendo entrar a México con poca información, muy vulnerables y con poca atención humanitaria», relató.
«Les dicen que hay oportunidades laborales pero en sus países. Pero la gente no solo busca ofertas laborales, sino que quiere estar segura. Las mujeres tans, por ejemplo, sufren mucho por su condición de género, y regresar a las personas es una condena de muerte».
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció esta semana que ofrecería hasta 4.000 empleos para los migrantes. Pero Claudia León señala que es una medida populista y confusa porque la política migratoria y de asilo sigue siendo represiva.
«Se ha militarizado toda la frontera, tenemos un sistema de asilo débil, y todos los recursos se van a incrementar presencia militar y a ampliar los lugares de detención de migrantes. Cada año que pasa, la gente tiene más necesidad de llegar a México, pero la respuesta del estado es de persecución y de detención», indicó.
Pero Claudia resalta, tras diez años de estar atendiendo a población migrante en las fronteras de su país, que la gente está cada vez en condiciones peores que antes.
«Vivimos en emergencia humanitaria constante. La movilidad humana tan indigna, es la crisis de este siglo, además del cambio climático, la migración es la crisis actual, no es asilado y no es solo en México».
La llamada ‘caravana 2020’, que salió el 14 de enero de Honduras, se ha ido engrosando a su paso por Guatemala con la llegada de guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.
Tras las multitudinarias caravanas de finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a México con sanciones comerciales si no tomaba medidas para detener la oleada migratoria. López Obrador desplegó entonces unos 26.000 militares en sus fronteras norte y sur.