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Las grandes obras de infraestructura en Cali tienen un nombre en común detrás: Jorge Amézquita.
El ingeniero manizalita, quien es el director general del grupo empresarial Amézquita Naranjo Ingeniería, es el contratista a cargo de cuatro de los frentes de trabajo con los que se pretende desatascar las vías de la capital del Valle, en especial los accesos por el Sur y el Norte.
El contratista explica por qué los proyectos que están bajo su tutela presentan retrasos de hasta tres años en la entrega.
¿Cómo avanza la ampliación de la vía Cali – Jamundí?
Ya pavimentamos desde la Carrera 127 hasta la entrada de Geisha (tramo 1), y la sección del costado Oriental, donde estaba la piedra de la Virgen Piedra Grande debe estar pavimentada la semana entrante; el puente de la Carrera 122, que es el tramo 2, ya está totalmente pavimentado, estamos esperando diseño de prueba de carga para entregarlo al servicio, así como la señalización, eso generaría que podamos entregarlo en menos de 15 días; también estamos pavimentando el sector 3, que queda entre la Carrera 118 y lo que era el autocine. Quedamos comprometidos con la Alcaldía de entregar los tramos 1, 2 y 3, hasta la Universidad Autónoma, el 30 de enero. En febrero, marzo y abril estaremos en el tramo 4, que pasa la Autónoma y llega a Bochalema; el contrato tiene $76.000 millones.
¿Y qué pasa con el puente sobre el río Lili?
El puente del río Lili es lo que más atraso tiene. La dificultad se generó porque la estructura del puente no es homogénea, no fue fácil encontrar su cimentación y el diseño que entregaron no correspondía con lo que había; entonces tardamos dos meses tratando de construir y conservar el diseño original, agotamos todas las posibilidades para evitar prolongar el puente, pero tuvimos que tomar la decisión de alargarlo ocho metros en noviembre, eso implicó tres meses más en este sector. Eso generó que tuviéramos que hacer más pilotaje, que es lo que estamos haciendo ahora, llevamos 46 pilotes y faltan 20. Terminando la cimentación, haríamos la fundición de los estribos y entre marzo y abril entregaríamos todo.
Esta es una obra que debió entregarse a finales del 2018. ¿Por qué ha sido tan difícil culminarla?
La obra comenzó con unas dificultades prediales y permisos y la Alcaldía tuvo que trabajar un año para sacarlos. Ese año se perdió, pero eso no es culpa del contratista ni de la Alcaldía; ellos nos dijeron que hiciéramos lo que se podía y así hicimos, pero el rendimiento no fue el mismo. Si en el 2018 no hubiéramos hecho nada, la gente sólo hubiera visto un año de obra.
La administración Ospina ya ha lanzado alertas por los atrasos que presenta la prolongación de la Avenida Ciudad de Cali entre carreras 102 y 109…
Tuvimos un año muy difícil. La facturación promedio esperada era de $2000 millones y facturamos $1100 millones. El informe que tiene la Alcaldía es cierto, esa obra debería haber avanzado más. Ya tenemos el puente del costado Oriental construido, a finales de este mes pavimentaremos ese sector y a mediados de febrero entregaremos todo el costado Oriental de esa vía funcionando, es decir el sentido Sur – Norte, eso desatascaría la vía Cali – Jamundí. El 31 de marzo tenemos que entregar la obra. Allí se adicionaron $4000 millones y se esperan tener mayores cantidades de obra por $13.000 millones; el contrato va a terminar en $20.000 millones.
Usted también tiene en sus manos la ampliación la vía a Pance. ¿Cómo va ese trabajo?
Allá teníamos un proyecto muy grande, con un presupuesto muy pequeño, porque era la intervención desde la Vuelta al Bofe hasta La Vorágine. Ha habido líos con los predios y pudimos hacer 1,5 kilómetros hasta La Riverita. En el gobierno del alcalde Armitage tuvimos que suspender porque no teníamos predios desde La Riverita hasta La Vorágine, pero cuando se consiguieron vimos que el diseño tenía problemas porque hay taludes que demoler y esto no estaba en el presupuesto, por lo que se ajustó el proyecto hasta la entrada 3 del Parque de La Salud. La obra es compleja y la plata que hay no alcanza.
Esa obra empezó costando 20.000 millones. ¿En cuánto va a terminar?
Ya vamos en $30.000 millones, pero no me atrevería a afirmar nada porque los estudios dicen una cosa y el presupuesto dice otra.
Las adiciones han sido una constante en esta charla. ¿De quién es la responsabilidad en esos mayores montos en las obras?
Hay una serie de responsabilidades compartidas. El diseñador debe afinar el lápiz a los precios y actividades comerciales para que, cuando el constructor entre a obra, las cosas salgan bien.
De otra parte, la Administración debe trabajar con diseños actualizados, porque si hoy se mandan a hacer diseños y la obra se contrata cuatro años después ese estudio ya no sirve para nada, porque la inflación y el salario mínimo cambia. El margen en construcción está regulado: Si usted compra un tinto en $10.000 y hacerlo costo $1000, no pasa nada; pero si yo hago un concreto que vale $1 millón y lo cobro en $10 millones me voy a la cárcel. Cuando hablamos de mayor permanencia en obra decimos que se nos pidió que tuviéramos 10 ingenieros y nos los pagaron por 10 meses, que era lo que estaba presupuestado para la obra, pero si nos demoramos 20 meses nos tienen que pagar los 10 meses restantes; ahí es cuando vienen las adiciones.
Pero, desde el Concejo se ha dicho que esa es una maniobra que usan los contratistas para amarrar las obras…
Quienes dicen eso tal vez nunca han hecho contratos de obra. ¿Cómo nos podemos quedar con un contrato cuando los pliegos y los presupuestos los hace el Estado y se conocen cuando son publicados?
Aquí estamos hablando de obra pública, donde la responsabilidad de los estudios, de los permisos, del presupuesto, es del Estado y a veces lo puede hacer mal.
En su momento, el exsecretario de Infraestructura, Ferney Camacho dijo que para hacer las obras del Sur no habían tenido los mejores contratistas…
No somos perfectos. Sí, pudimos haber sido mejores contratistas, lo reconozco, pero nunca obramos de mala fe y ni un solo día hemos dejado de trabajar. Puede haber mejores contratistas que nosotros, pero seguramente habrá muchos peores. Tenemos las condiciones para estar aquí porque nos lo ganamos y lo merecemos, porque un contratista traído de los cabellos no llega a ganarse estas obras. Pienso que a Camacho le pesó la nostalgia de no haber entregado lo que quería.
Pasemos a la vía Cali – Yumbo. Allí los trabajos llevan cuatro años y ahora se encuentran parados…
La meta es que este mes entreguemos pavimentado el retorno Norte – Norte, que viene de Yumbo y regresa hacia Yumbo, una vez reiniciemos los trabajos. El retorno Sur – Sur es el más largo y es el que está faltando, pero una vez terminemos queda la doble calzada completa desde Menga hasta Gecolsa. Tuvimos retrasos porque el predio del terraplén (montaña de roca) se demoraron 2 años en entregarlo, allí llevamos un año y la obra ya lleva 3 años; la idea es entregarla totalmente en marzo. Esta obra está en $18.000 millones, pero no ha tenido adiciones muy grandes porque el contrato inicial era por $13.000 millones.
Usted tiene cuatro obras muy grandes desde hace cinco años, ¿no cree que el que mucho abarca poco aprieta?
El tema es en qué momento comenzaron esas obras. Pance comenzó hace cinco años; Cali – Yumbo comenzó hace 3 años, entonces hay distancia entre una obra y otra. La Cali – Jamundí y la Ciudad de Cali comenzaron hace dos años, entonces no se trata de abarcar mucho y apretar poco. Si todas las obras me las hubiera ganado el mismo año sí tendría toda la razón, pero si es en un transcurso de cinco años que hay esas cuatro obras, no es lógico. Esto lo que dice es que en cinco años nos ganamos cuatro proyectos importantes que sufren un desarrollo muy lento.
Las obras de las que hemos hablado cuestan $153.000 millones. ¿Cuánto de sus recursos ya le han pagado?
La que más tiene pagos en la vía Cali – Jamundí, que lleva $60.000 millones. En la Ciudad de Cali hemos recibido $13.000 millones y un anticipo de $1400 millones. En la Cali – Yumbo hemos recibido pagos por $9000 millones y un anticipo por $3000 millones.
Esas cuatro obras fueron licitadas para costar $96.000 millones. ¿En qué momento pasan a costar $57.000 millones más?
Cuando comenzamos a ejecutar la obra encontramos que el presupuesto difiere de la ejecución. Por ejemplo, en Cali – Jamundí hay $24.000 millones en adicionales de redes porque esta obra no es solo de movilidad, sino de desarrollo urbano y se están llevando redes de alcantarillado y acueducto para el Sur, esto hay que hacerlo ahora porque después dañaría el pavimento. Eso no se puso en el presupuesto inicial. ¿Por qué? Hay que preguntarle a la Alcaldía.
Esta Administración está apuntándole a grandes proyectos como la prolongación de la Avenida Circunvalación hasta la Carrera 122. ¿Usted piensa participar en esos proyectos aún teniendo estos frentes de obra abiertos?
Sí. Lo que pasa es que esos proyectos tan grandes irían saliendo en uno o dos años. Este año entregamos todo, si Dios quiere; el otro año estaríamos dispuestos a participar y, si ganamos, lo haremos con todo, hasta donde nos permitan los estudios que nos entreguen.
Obras y poder
¿Cómo terminó su relación con Dilian Francisca Toro y Maurice Armitage, luego que lo apretaran tanto para que entregará las obras?
Terminó bien. Cada quien cumple su deber y su rol. Son seres humanos excepcionales, sólo hay gratitud para ellos. Son estilos totalmente diferentes, pero con un objetivo que es hacer de esta ciudad y este departamento un lugar mejor.
¿Y cómo le ha ido con el alcalde Jorge Iván Ospina?
Ya me reuní con él una vez y está en una visión totalmente propositiva de los proyectos, está muy interesado en que salgan adelante. Llegó sin malos tratos ni nada, todo muy respetuoso pero muy fuerte, porque me dijo que había obras regulares, otras que están en alerta naranja, pero fue muy tajante en exigir que se cumpla la entrega de los trabajos pronto.