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Sobre la cama de la habitación de Cristian Rodríguez reposa una bolsa llena de medicamentos para tratar las secuelas del ataque que le arrebató la visión en su ojo derecho. Con una mirada contemplativa, Cristian observa y vacía el contenido de la bolsa, y ordena las gotas recetadas para evitar infecciones o daños más graves en su rostro.
“Cada tarrito de gotas cuesta entre 80 mil y 90 mil pesos. Nunca en mi vida había tenido que tomar tantos medicamentos. Además de esto, tengo que limpiar el ojo herido cada dos horas”, relató Rodríguez.
Cristian es estudiante de último semestre de trabajo social en la Universidad de Monserrate. Ha pagado su carrera mediante crédito educativo con el Icetex y ha acudido a oficios varios para financiar su carrera, desde trabajar en conmutadores hasta vendedor de camisetas y jugos de naranja.
En la noche del 16 de diciembre durante las movilizaciones del paro nacional, Cristian fue herido en su rostro. En entrevista con Colprensa, Cristian describe cómo ocurrieron los hechos y cómo ha avanzado su caso, el cual encendió las alarmas sobre hechos de abuso de autoridad por parte de la fuerza pública.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
El Comité Nacional del Paro había convocado una marcha. Hasta ese momento me encontraba activo en las marchas que se estaban haciendo desde el 21 de noviembre. Ese 16 de diciembre, quedé de verme con un amigo de la universidad para hacer activismo y comenzamos desde el túnel de la estación Ricaurte. Después, a eso de las 10 de la mañana nos dirigimos a la Universidad Nacional, donde se iban a reunir manifestantes, estudiantes de esta institución y la Primera Línea.
Por la mañana llegó Jennifer Pedraza, vocera del Comité Estudiantil y nos dijo que a la 1:30 de la tarde salía la marcha desde la Universidad por la calle 26. Finalmente, se dio la movilización y nos desplazamos por la carrera décima, por la calle 19 y después a la calle sexta para tomar la Plaza de Bolívar.
Al llegar, los voceros nos dijeron que nos fuéramos, ya que el Esmad tenía la zona rodeada. A las 5:30 de la tarde se dio por terminada la movilización, pues se iba a hacer un espectáculo navideño. Salimos de nuevo por la décima, salimos por toda la calle 26 y después nos movimos hacia la carrera 30.
Como era hora pico, la marcha bloqueó el carril de Transmilenio y necesitábamos cruzar el puente para llegar a la entrada de la Universidad Nacional. En ese momento comenzaron los disturbios, yo estaba en la parte de atrás de la marcha.
En ese momento vimos la arremetida del Escuadrón Móvil Antidisturbios, lo cual fue algo muy fuerte, porque ellos ya estaban cerca de mí. Ahí fue cuando vi que uno de ellos lanzó algo con la mano derecha, yo empiezo a correr, volteo mi cabeza y mi cuerpo hacia atrás y siento un estallido en el lado izquierdo de mi rostro.
¿Ahí es cuando usted se ve herido?
Toqué mi cara y estaba ensangrentada. De la impresión volví a tocarla y salió un líquido gelatinoso, que al parecer era la retina. Corrí hacia la entrada a pedir auxilio y dos boy scouts me ayudaron.
Me llevaron primero hacia un parqueadero, luego a un pasillo, y cuando me prestaron los primeros auxilios un grupo de personas me preguntaron mi nombre y qué hacía para difundir en redes sociales la información. Posteriormente me llevaron hospitalizado a la Clínica Méderi.
¿Cómo fue el proceso de hospitalización?
Duraron unos veinte minutos en atenderme aproximadamente. Me dolía mucho la cabeza y el ojo, del mismo dolor empecé a vomitar, no podría estar quieto en la camilla. En la primera valoración me informaron que mi ojo estaba completamente destruido.
Cuando llegó mi familia a la clínica, les informaron que las posibilidades de volver a ver eran pocas y me operaron para determinar si había algo que se podría hacer. El 17 de diciembre fui intervenido quirúrgicamente a las 7 de la mañana, en una operación que duró cerca de 7 horas. Lograron reconstruir mi ojo, sin embargo, las posibilidades de que pueda ver son casi nulas.
¿Cuándo salió de la clínica?
Duré cinco días más hospitalizado, con controles, exámenes, inyecciones, suero, medicamentos y una dieta estricta para la recuperación. El 20 de diciembre me dieron de alta en medio de una cadena de apoyo muy grande por parte de mi familia, las ONG, los medios, y amigos de infancia y de la universidad.
¿Qué proceso se abrió en este caso?
Los procesos legales ya se iniciaron. Ya iniciamos conversaciones con el abogado, tras haber ido a la Fiscalía y a Medicina Legal con el fin de continuar con la solución del caso, la cual puede tardar incluso años.
Yo sé que hay videos y que prueban que yo no estaba atacando a nadie ni haciendo algo indebido, tampoco llevaba armas, ni piedras, solo estaba ejerciendo mi derecho como ciudadano a protestar.
Hemos tenido que hacer un derecho de petición con el abogado para solicitar el acceso a estos. Sin embargo, la entrega no se hace directamente a mis familiares o a mí, sino a la Fiscalía.
¿Intentaron en algún momento cambiar la historia clínica para omitir la forma en la que fue herido?
– Quiero aclarar, primero que todo, que este ataque fue hecho por un agente del Esmad con una bomba aturdidora. El hospital cerró mi historia clínica afirmando que yo había sido herido con balas de goma. Mi historia clínica fue alterada.
¿Cómo ha intentado afrontar lo que le ha ocurrido?
Han sido momentos muy difíciles. No puedo mentir frente a cómo me siento con esta condición. He llorado durante mucho por la preocupación e incertidumbre que me genera mi futuro, sobre todo en el ámbito laboral porque está atascado.
Dudo que, tanto las entidades públicas como privadas acepten a una persona en un estado como el mío. Sin embargo, tengo mucha fortaleza y paciencia, ya que este ha sido un proceso bastante largo. He rezado mucho para que mi recuperación sea exitosa, porque más que dinero, lo que realmente anhelo es volver a ver y llevar mi vida como la tenía antes del ataque.
¿Qué mensaje le daría a la persona que le disparó y a quienes lo acusan de vándalo?
A quienes han dicho que merecía este disparo y han deseado incluso mi muerte, quiero decirles que lo único que me interesa realmente es limpiar mi nombre. Yo nunca he participado en actos vandálicos, simplemente he estado marchando por las cosas que considero injustas y que pasan en este país.
Por otra parte, yo quisiera decirle al agente que no le guardo ningún rencor ni pienso tomar represalias contra él. Lo único que quisiera en el instante que lo vea frente a frente es preguntarle qué pasó para conversar desde la reconciliación. Ese es el mensaje que no solo le quiero dar a la fuerza pública sino al país, es necesario estar bajo un marco de no repetición frente a estos actos.
Bogotá (Colprensa).