HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

NACION-PUBLICIDAD

NACION-Leaderboard1

Siete días de paro nacional, ¿hacia dónde va el país?

En distintas ciudades del país la gente salió a marchar de manera pacífica.

Tras siete días consecutivos de marchas multitudinarias en las principales ciudades del país, las señales de agotamiento en el paro nacional convocado por centrales obreras, estudiantes, pensionados, indígenas y muchos otros grupos sociales, comienzan a notarse.

Una encuesta hecha por el Centro Nacional de Consultoría para el Noticiero CM&, mostró que una mayoría de personas consultadas quiere que las cosas regresen a la normalidad.

En Bogotá, la ciudad que en mayor medida sigue apoyando la marcha, el 42 % manifestó que quiere que el paro siga, mientras que el 58 % dijo que no. En Medellín, solo el 27 % quiere que continúe el paro, mientras que el 73 % desea volver a la normalidad. El total nacional fue de un 29 % a favor de que siga el paro y un 71 % de que las marchas terminaran.

Estos resultados parecerían quedar confirmados con lo ocurrido en las calles. Aunque aún hay una masiva participación de manifestantes que, con cánticos, bailes y muestras de creatividad expresaron su rechazo a las políticas del actual gobierno y rindieron homenaje a Dilan Cruz, estudiante que murió por un disparo de un miembro del Esmad, el tamaño de las marchas de este miércoles, al cierre de esta edición, era considerablemente menor que el de las registradas el 21 de noviembre, primer día de paro Nacional.

 “Sí hay un desgaste. Se ha reducido la intensidad, lo cual muestra que protestar tiene un costo para la ciudadanía”, afirma el analista y director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), Jorge Restrepo.

Y agrega: “la protesta afecta muchísimo a las personas más pobres, que viven del ingreso diario: los conductores de taxi, quienes trabajan en el servicio doméstico, las personas que tienen que repartir productos en el día a día. Ellos se ven tremendamente afectados. Yo creo que vamos a ver una reducción gradual en el tamaño y el número de protestas”.

León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, en cambio, no ve tal desgaste, lo que ha visto es que la gente ha encontrado formas de reinventar la protesta.

“Todos los días hay lugares con aglomeraciones más nutridas que en otras; además, la gente se está inventando formas alegres de protesta, con música, haciendo que la protesta sea a la vez una especie de fiesta en muchas partes. Entonces, se puede prolongar. Por ejemplo, la muerte de Dilan ha sido un motivo en Bogotá, motivos que generan acumulación de rabia que invitan a la gente a salir a las calles”, dice.

El investigador Ariel Ávila, miembro también de esa fundación, calcula que por lo pronto, las marchas van a tener que detenerse en algún punto durante los próximos quince días, debido a la cercanía de las festividades navideñas, pero lo más probable es que en 2020 regresarán.

«La protesta continuará durante esta semana y la próxima, pero luego se va a calmar por las festividades navideñas. Sin embargo, el 2020 será un año pasado por marchas».

LA CONVERSACIÓN NACIONAL

Pese a este posible agotamiento, las marchas y protestas han dejado un impacto político grande. La conversación nacional abierta por el presidente el fin de semana está previsto que continúe por lo menos hasta marzo del próximo año y ya hay cambios concretos en la antigua ley de financiamiento y ahora llamada ley de crecimiento (incluidos la devolución del IVA a un sector de la población y la reducción de la contribución a la salud que deben pagar los pensionados).

Sin embargo, ni la conversación nacional ni los cambios introducidos en dicha ley han satisfecho a los opositores y aún está pendiente que fructifique el acercamiento con los organizadores del paro, incluidos los estudiantes, que este martes se abstuvieron de participar en la reunión convocada por el presidente.

 “El Gobierno Nacional se ha equivocado en tres cosas: primero, el diálogo se ha planteado sobre la agenda de Duque y no sobre la agenda de los marchantes, es un diálogo que están utilizando para ganar tiempo; segundo, ellos no parecen entender los niveles de descontento y siguen creyendo que la gente sale instigada por un sector político o engañada; tercero, aún con todo mandaron la Ley de Financiamiento, sacaron el decreto del holding empresarial, lo cual demuestra que no les importa el paro”, manifestó.

Por su parte, Jorge Restrepo considera que el gobierno se ha centrado mayoritariamente en las proposiciones de sectores sindicales puntuales. “El gobierno ha privilegiado esas peticiones por encima del malestar social, que ha llevado a que muchas personas salgan a las marchas”.

Aún no es claro cuál sea el resultado de estas jornadas de marchas, pero el hecho de que Gobierno y manifestantes encuentren un camino efectivo para dialogar, podría contribuir a que el próximo año exista un ambiente social menos agitado que el que ha vivido el país desde el 21 de noviembre.

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. AceptarLeer más