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El presidente de Chile, Sebastián Piñera decretó “estado de emergencia” en Santiago y puso a un militar al frente de la seguridad, tras una jornada de incendios, saqueos y choques con la Policía por el aumento del billete del Metro.
“He decretado estado de emergencia (…) y para estos efectos he designado al general de división Javier Iturriaga del Campo como jefe de la defensa nacional de acuerdo a lo establecido en nuestra legislación respecto del estado de emergencia”, afirmó el mandatario, en un mensaje en el palacio de gobierno.
Los incidentes arrancaron de mañana y se multiplicaron al caer la noche. El edificio de la compañía eléctrica ENEL y una sucursal del Banco Chile, ambos en el centro, y varias estaciones del Metro de Santiago fueron incendiadas, mientras en distintos puntos de la ciudad se mantenían los enfrentamientos entre manifestantes y la Policía.
El edificio corporativo de ENEL comenzó a arder por las escaleras de seguridad y las llamas alcanzaron luego a varios pisos superiores. Al cabo de una hora, Bomberos informó que “el incendio está en fase de control”.
La compañía -cuestionada por el alza en las tarifas de electricidad y una fallida política de actualización de medidores- informó que cerca de las 22H00 (01H00 GMT) “un grupo de desconocidos atacó las dependencias del edificio” pero que logró evacuar a sus trabajadores, quienes resultaron ilesos.
Mientras que en los alrededores del edificio de ENEL, un supermercado fue saqueado, según mostraron imágenes de la televisión local. También fueron atacadas con bombas incendiarias varias estaciones del ferrocarril metropolitano.
Santiago, paralizado
Tras un llamado a “evasiones masivas” en el pago del pasaje del Metro, en rechazo al aumento de 800 a 830 pesos en su valor en hora punta, durante toda la jornada se sucedieron los ataques a distintas estaciones del ferrocarril metropolitano, eje del trasporte público de la capital chilena, al movilizar a tres millones de pasajeros por día.
Al final de la tarde y cuando los ataques se replicaban en casi todas las estaciones, la empresa estatal anunció el cierre de todas sus estaciones debido a que los disturbios y destrozos impedían la seguridad de pasajeros y trabajadores.
En varios puntos de la ciudad, manifestantes levantaron barricadas y se enfrentaron con la Policía. En la céntrica Plaza Italia y el frontis palacio de Gobierno, encapuchados se enfrentaron con piedras y palos a los efectivos de las fuerzas especiales, que repelieron los ataques con chorros de agua y gas, en una verdadera batalla campal no vista desde hace tiempo en la capital chilena.
Después de dos reuniones de emergencia en el palacio de La Moneda, el ministro del Interior y Seguridad, Andrés Chadwick, condenó la violencia y anunció que el gobierno pedirá la aplicación de una severa ley de seguridad pública a los responsables de los incidentes.
El presidente Sebastián Piñera calificó de delincuentes a los manifestantes. “Este afán de destruirlo todo, no es protesta, es delincuencia”, afirmó en una entrevista radial.