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Más de la mitad de la carga total de enfermedad experimentada por los adolescentes se debe a enfermedades no transmisibles.
En comparación con 1990, en 2016, otros 250 millones de adolescentes en todo el mundo vivían en países con múltiples cargas en violencia y desigualdad y con una salud más pobre.
Los adolescentes, entre los 10 y 24 años, agrupan la generación más grande en la actualidad con 1.800 millones en 2016. Lo paradójico es que un estudio global publicado por la prestigiosa revista médica The Lancet, revela que son menos saludables que la generación joven de hace 30 años.
Este proporciona la primera fotografía de la salud y el bienestar de la tercera parte de la población y de acuerdo a la publicación se evidencia que las inversiones en su bienestar no han seguido el ritmo del crecimiento de la población. Los hallazgos destacan un lento ritmo de cambio en los sistemas de salud, educación y legal, dejando las necesidades de los adolescentes insatisfechas.
El autor principal, Burnet Institute codirector de Salud del Adolescente, Peter Azzopardi, quien también ocupa cargos en el Instituto Murdoch de Investigación Infantil y la Universidad de Melbourne dijo al respecto en comunicado de prensa oficial: “por ejemplo, en comparación con 1990, ahora hay 180 millones más de adolescentes con sobrepeso y obesos, y 75 millones más que viven con anemia”.
Los autores del estudio hicieron un seguimiento del progreso en 12 indicadores de la salud de los adolescentes en 195 países, incluidos factores de riesgo como el tabaquismo y la obesidad, y los problemas sociales que afectan a la salud, como el matrimonio infantil y el acceso a la educación en bachillerato.
Los resultados alertan y por eso se derivan en recomendaciones alrededor de inversiones integrales en la salud de los adolescentes y respuestas que se extiendan más allá de los sistemas de salud, por ejemplo, en educación.
Una creciente población adolescente en muchos países de bajos y medianos ingresos podría proporcionar una oportunidad sin precedentes para impulsar el desarrollo socioeconómico. La salud y el bienestar de los adolescentes podrían ser fundamentales para lograr los objetivos de desarrollo sostenible y para la reducción de la pobreza. Sin embargo, muchos jóvenes en estos entornos soportan una gran carga de enfermedad, están en desventaja en los determinantes sociales de la salud y están expuestos a mayores riesgos para la salud”, agregó Azzopardi.
Desigualdad mundial
Entre 1990 y 2016, el crecimiento de la población fue mayor en los países donde la salud de los adolescentes es más pobre. Este cambio demográfico ha aumentado las desigualdades globales.
En 2016, las enfermedades no transmisibles (ENT) fueron el principal contribuyente a la enfermedad en adolescentes. Los países con cargas múltiples representaron el 55% de las ENT. Una cuarta parte de la carga total de la enfermedad se debió a enfermedades transmisibles, maternas y nutricionales. Sin embargo, casi toda esta carga de enfermedad la soportan los adolescentes que viven en 70 países de ingresos bajos y medios. En los Estados Unidos, la mala salud causada por lesiones fue mayor que en países de ingresos altos similares.
Nutrición, alcohol y tabaco en la salud del adolescente
Los riesgos para la salud nutricional se hicieron más prominentes entre 1990 y 2016. En 2016, 324 millones, o casi uno de cada cinco, de los adolescentes con sobrepeso u obesos, un aumento del 120% en comparación con 1990 cuando hubo 147.3 millones. El sobrepeso u obesidad fue el único indicador donde la prevalencia está aumentando en los adolescentes en casi todos los entornos. Las jóvenes chinas experimentaron un aumento anual de casi el 5%, mientras que las jóvenes indias experimentaron un aumento anual de casi el 9%.
El Dr. Azzopardi dice: “Dado que la recuperación de la obesidad en los adolescentes es rara una vez establecida, las consecuencias para la salud en la vida posterior y para la próxima generación podrían ser grandes”.
Durante el mismo período, el crecimiento de la población aumentó el número de adolescentes con anemia en un 20%, de 357 millones a 430 millones, con el 77% de los casos en países con múltiples cargas. La anemia fue más común en mujeres jóvenes que en hombres jóvenes.
A nivel mundial, la cantidad de adolescentes de 15 a 19 años que bebieron alcohol poco cambió poco desde 1990: de 41 millones de niños y 26 millones de niñas en 1990 a 44 millones de niños y 27 millones de niñas en 2016. Los países con los niveles más altos de mujeres jóvenes beben en exceso -con prevalencia superior al 55%- incluía Irlanda, Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia. Fue incluso mayor en los adolescentes varones de Austria, Dinamarca y Finlandia. En contraste, la prevalencia en ambos sexos en Bangladesh, Pakistán y Egipto fue inferior al 1%.
El número global de fumadores diarios de adolescentes disminuyó en alrededor del 20%, de 174 millones en 1990 a 136 millones en 2016, no obstante la prevalencia global entre niños y hombres jóvenes de 10 a 24 años de edad todavía era superior al 10% en 2016. Hubo un pequeño incremento anual de poco más del 1% entre las niñas y las mujeres en países con múltiples cargas.
Niñas y mujeres jóvenes dejadas atrás
La desigualdad de género sigue siendo un poderoso motor para la mala salud de los adolescentes, especialmente en los países de bajos ingresos. El matrimonio infantil sigue siendo común, reflejando normas de género dañinas. Se calcula que 66 millones de mujeres de 20 a 24 años de edad reportaron haberse casado antes de cumplir los 18 años.
A nivel mundial, se estima que el número de jóvenes de 15 a 24 años que no asisten a la educación, el empleo o la capacitación (NEET) es aproximadamente tres veces mayor para las mujeres jóvenes (175 millones) que para los hombres jóvenes (63 millones). En la India, la prevalencia es más de 15 veces mayor en mujeres jóvenes que en hombres jóvenes (casi 54% en comparación con 3.5%). La alta prevalencia de NEET entre las mujeres jóvenes en países con cargas múltiples podría explicarse por las altas tasas de embarazos adolescentes, que interrumpen la educación y, a su vez, restringen las perspectivas de empleo.
“Lograr la equidad de género en los determinantes de la salud y el bienestar de los adolescentes requerirá medidas en muchos frentes, incluidos el empoderamiento económico y laboral, un mejor acceso a la atención médica esencial, incluida la anticoncepción, la implementación de marcos legislativos para proteger a las niñas del matrimonio precoz y los cambios en las normas comunitarias”, dijo, por su parte el profesor George Patton del Instituto de Investigación Infantil Murdoch y la Universidad de Melbourne (Australia), quien, en 2016, dirigió The Lancet Comisión de salud y bienestar del adolescente.
Este estudio utilizó estimaciones modeladas para ayudar a llenar los vacíos de datos y para proporcionar una imagen lo más completa posible de la salud de los adolescentes.
Causas de muerte entre niños de 5 a 14 años en tres países
Un segundo artículo en The Lancet, publicado al mismo tiempo, se centra en las causas de muerte en niños de 5 a 14 años de edad en la India, China, Brasil y México. India y China juntas representan un tercio de la población mundial de adolescentes.
En estos países, más de 200,000 en este grupo de edad mueren cada año y los investigadores encontraron que la mayoría de las muertes se debieron a enfermedades prevenibles o tratables. En 2016, India tuvo las tasas de mortalidad más altas en casi todas las categorías, incluidas las enfermedades transmisibles. En China, las lesiones representaron la mayor proporción de muertes (20,970 de las 39,430 estimadas), principalmente como resultado del ahogamiento (6,130 muertes en niños y 2,600 muertes en niñas). Las muertes por lesiones en el transporte, el ahogamiento y el cáncer fueron comunes en los cuatro países, con accidentes de transporte entre las tres principales causas de muerte para ambos sexos en todos los países, excepto las niñas indias, y el cáncer entre las tres principales causas para ambos sexos en México , Brasil y China.
El Colombiano