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El mediático chef estadounidense Mario Batali, denunciado por varias mujeres por violación y agresión sexual, vendió su participación en todos sus restaurantes, anunció el miércoles la nueva compañía que los reagrupa.
«Queremos decirles a todos que Mario se ha apartado totalmente de nuestro negocio. Esta semana adquirimos todos sus intereses en nuestros restaurantes», escribieron los hermanos Tanya y Joe Bastianich, socios de Batali durante dos décadas, en una carta a los empleados del grupo a la cual accedió la AFP.
Los Bastianich confirmaron asimismo la disolución del grupo Batali & Bastianich Hospitality Group, cuyo valor llegó a ser estimado en unos 250 millones de dólares, y la creación de una nueva empresa.
El chef descendiente de italianos también negocia la venta de su participación minoritaria en la gigantesca tienda Eataly USA, con locales en varias ciudades del país, dijo a la AFP un portavoz de Eataly, Chris Giglio. Sus salsas o más de 10 libros de cocina, antes omnipresentes, ya no aparecen más en los estantes.
La policía de Nueva York cerró en enero dos investigaciones contra Batali, de 58 años, sin presentar cargos en su contra.
Batali fue acusado el año pasado por una empleada de haberla violado en 2005 en The Spotted Pig, uno de sus 26 restaurantes, situado en Greenwich Village y frecuentado por famosos.
La mujer, que no quiso identificarse, contó que el chef la habría drogado y habría abusado de ella estando inconsciente. Dijo que cuando volvió en sí, tenía esperma en su ropa.
Fue al hospital, se comunicó con la policía, pero finalmente renunció a presentar una denuncia, y la prueba de violación que se había hecho en el hospital no quedó guardada.
El chef niega las acusaciones.
Una empleada de The Spotted Pig, Jamie Seet, aseguró haber presenciado un incidente similar en 2008 a través de las cámaras de vigilancia del restaurante. Contó que varios empleados tuvieron que intervenir para detener el abuso contra una mujer que estaba inconsciente.
El otrora prestigioso chef, conocido por su cola de caballo pelirroja y sus zuecos Crocs naranjas, ya había sido acusado de acoso sexual y toqueteos.
Los señalamientos lo llevaron a publicar disculpas por sus «numerosos errores», a colocarse al margen de su emporio gastronómico y a dejar el programa de televisión «The Chew», del que era una de las estrellas. Pero seguía siendo propietario de sus restaurantes.
AFP