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¿No ha notado que hay menos insectos a su alrededor?

Mariposa morpho de Costa Rica. Los lepidópteros entre los insectos que más se han reducido.

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Muchos son benéficos y regulan la proliferación de ciertas plagas, otros afectan actividades humanas como la agricultura y pueden transmitir enfermedades, pero todos son vitales para el equilibrio del ecosistema y la existencia humana.

Pero un estudio en Biological Conservation sugiere que los insectos se están reduciendo en todo el planeta, siendo la agricultura intensiva, que emplea gran cantidad de agrotóxicos, la principal razón: 41 % de especies se han reducido (en comparación 22 % de las de vertebrados, lo que da una idea de la magnitud).

“Si la pérdida de los insectos no se detiene, habrá consecuencias catastróficas para los ecosistemas del planeta y la supervivencia de la humanidad”, dijo Francisco Sánchez-Bayo, de la Universidad de Sidney (Australia), autor del estudio junto a Kris Wyckhuys, de la Academia China de Ciencias Agrícolas en Beijing.

El declive se produce a una tasa de 2,5 % anual, mantenida durante los últimos 25 a 30 años. En 10 años habrá un cuarto menos, dijo Sánchez Bayo a The Guardian. En 50 será la mitad y en 100 no habrá insectos según la tendencia.

La investigación tuvo en cuenta estudios de 2018 que mostraron declive serio de insectos en regiones como Puerto Rico, donde hubo una disminución del 98 % en 35 años. Se basó además en otros 72 estudios que a la fecha han evaluado la reducción de esta clase de animales.

Entre los más golpeados figuran las mariposas y las chapolas o polillas, que son las más abundantes. En Inglaterra, por ejemplo, las mariposas se redujeron 58 % entre 2000 y 2009 en las zonas agrícolas.

Las abejas son otras que han sufrido la reducción. En Estados Unidos se perdieron 3,5 millones de colonias desde 1947.

Y muchas de las 350.000 especies de escarabajos también han disminuido, en especial los estercoleros.

Los autores precisan que hay vacíos en el conocimiento, porque poco se han estudiado moscas, hormigas, áfidos, grillos e insectos campestres.

Algunas especies han crecido, pero no compensan las pérdidas de acuerdo con Sánchez Bayo.

Fuera del uso de pesticidas y fertilizantes, la agricultura contribuye a la reducción de insectos con la tala de árboles y arbustos que por lo general rodean los campos sembrados.

El declive comenzó en el siglo 20, habiéndose acelerado a partir d ellos años 50 y 60 alcanzando proporciones alarmantes, según los autores, en las dos últimas décadas.

 

El Colombiano

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