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El cuarto testigo ante el estrado en el juicio contra José Elías Melo es el exviceministro de Transporte Gabriel Ignacio García, actualmente condenado tras ser hallado culpable de recibir 6,5 millones de dólares de manos de la firma Odebrecht, para que se le adjudicara el proyecto Ruta del Sol 2.
En una de sus respuestas habló de una reunión con el expresidente para Colombia de la compañía brasileña, Luiz Antonio Bueno, en la que se empezó a pactar el soborno. Ese encuentro fue posterior a una presentación formal de Bueno Júnior con el delegado del Ministerio de Transporte, en la que el extranjero contó el interés de la firma en ciertos proyectos de infraestructura nacionales.
“Ahí crucé la línea – dijo García Morales haciendo referencia al segundo encuentro– Él me dijo que tenía buenas referencias de mi parte y que ellos estaban acostumbrados a premiar con consultorías a aquellos funcionarios que les parecían excelentes, pero le manifesté que tenía una inhabilidad”.
En su relato, García dijo que esa conversación fue en un tono informal y también Bueno Júnior le comentó que tenía conocimiento de que durante los procesos licitatorios en Colombia se cambiaban los pliegos y que esa era una de sus preocupaciones.
“Ese mismo tema lo tratamos en otras reuniones que se hicieron en el apartamento de Juan Manuel Barraza en el norte de Bogotá. Ahí comenzó mi degeneramiento moral, fue cuando crucé la línea”, dijo casi que llorando García Morales.
En su relato, el exviceministro mencionó que nunca se habló de la palabra “soborno” como tal, sino que para no mencionarla se mencionaba como “créditos no reembolsables”. La primera vez que tocaron el tema, a García le propusieron dos millones de dólares, pero asegura que en ese momento dijo que no.
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BOGOTÁ (Colprensa).