Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
Una joven holandesa Dilani Butink, adoptada en un proceso rodeado de falsificaciones hace 26 años en Sri Lanka, llevó este viernes al Gobierno de Holanda ante los tribunales por su presunta implicación o pasividad ante las adopciones fraudulentas de finales del siglo pasado.
La abogada Lisa-Marie Komp explicó a la televisión holandesa NOS que las autoridades de La Haya “conocían” los abusos en Sri Lanka y eran conscientes de que “la mayoría de las adopciones se producían mediante mediadores privados que se beneficiaban económicamente” de los procesos.
A modo de ejemplo, señaló los múltiples artículos escritos en la prensa holandesa sobre los presuntos abusos en las adopciones a finales de los años ochenta y que fueron ignorados por las autoridades.
Según Butink, sus certificados de nacimiento fueron falsificados en 1992, lo que hace imposible que pueda rastrear sus raíces para encontrar a su madre biológica y asegura que sus padres adoptivos viajaron a Sri Lanka para recoger a un niño que “resultó no estar disponible al llegar” y un intermediario propuso a esta niña como “alternativa”.
Ahora pide al Gobierno holandés reconocer su culpabilidad en lo ocurrido, compensar a las víctimas y establecer una base de datos de ADN para los adoptados en Sri Lanka con el objetivo de ayudar a los padres biológicos a localizar a sus hijos si quieren.
En una investigación de la televisión Zembla, un funcionario del Gobierno de Sri Lanka reconoció hace dos años que durante décadas “había granjas de bebés” en el país, donde se acogía a mujeres para “satisfacer la demanda” de adopciones, lo que también se apreciaba en los hospitales, donde había “madres falsas que supuestamente se habían ofrecido a dar a un bebé en adopción que no era suyo”.
El pasado diciembre, el Ministerio de Justicia anunció la creación de un comité independiente para investigar la adopción de niños en el extranjero, como en Indonesia, Colombia y Brasil, así como la cuestión de si el Gobierno holandés tuvo algo que ver, o si conocía lo que estaba pasando pero mantuvo una relación pasiva hacia lo ocurrido.
La fundación “My Roots” (mis raíces), que representa a un grupo de holandeses adoptados en Indonesia, anunció su intención de presentar una demanda contra el Estado holandés, pero aún no ha entregado formalmente la denuncia ante los tribunales.
El Colombiano