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Para el Gobierno Nacional la educación es el instrumento más importante para superar la pobreza y construir una sociedad con equidad, inclusión y movilidad social. Nuestro compromiso desde el día que inició el Gobierno del presidente Duque es asumir con responsabilidad los retos que el país tiene con la educación, con propuestas que se puedan cumplir, que sean sostenibles financieramente, que acojan la voz de las regiones y que integren a la comunidad académica y la ciudadanía en torno a un gran pacto por la educación.
Nuestra responsabilidad es con todo el sistema fortaleciendo la educación inicial, básica y media, y superior. Es importante reconocer que en los últimos años en el sector crecieron los rezagos y las disparidades entre las políticas implementadas y la realidad de los recursos, creando la necesidad de transformaciones importantes para el sector. Por eso, nuestro primer paso fue lograr un aumento en el presupuesto para educación de 37 a 41,4 billones de pesos en 2019, el más alto de la historia del país para el sector, donde se beneficiará también la educación superior pública.
Al mismo tiempo, iniciamos un recorrido por las distintas regiones de Colombia, con el fin de construir colectivamente las bases del Plan Nacional de Desarrollo, planteando allí una agenda educativa con un enfoque integral desde la primera infancia hasta la educación superior; que busca impulsar mayor bienestar para los niños y jóvenes, mejores infraestructuras educativas, oportunidades de acceso y calidad en los aprendizajes, que tenga en cuenta las necesidades educativas de la población rural, la inclusión como principio para construir entornos escolares para la vida, para el encuentro y para el desarrollo de ciudadanos integrales; todo esto acompañado y liderado por los secretarios de educación, los rectores y docentes, fundamentales en la transformación educativa que requiere el país.
En un ambiente tan retador como el que encontramos, no solo hemos hecho propuestas, sino que vamos cumpliéndole al país en varios frentes. En alimentación escolar incrementó el presupuesto para 2019 en un 48 %. En educación rural hacemos presencia en las regiones más apartadas del país, apostándole al cierre de brechas, una propuesta de calidad que permite que los estudiantes transiten efectivamente por el sistema educativo, fortaleciendo la infraestructura y las residencias escolares. Desarrollamos, en conjunto con otras entidades, la ruta para la atención integral en el grado transición para una educación inicial de calidad.
A esto se suma el trabajo con los docentes y directivos docentes, con una oferta de formación posgradual, situada y continuada; la creación de líneas de investigación especializada, de la mano con Colciencias, y el cumplimiento de los compromisos que van desde la garantía para la protección de sus derechos, la convocatoria a la Evaluación de Carácter Diagnóstico Formativa y el pago de la bonificación pedagógica.
La educación superior pública también es nuestra prioridad. Creamos el programa de acceso y excelencia a la educación superior que beneficiará a más de 336.000 estudiantes de todo el país. Asimismo, gracias a un diálogo sincero, realista y respetuoso de las normas y los tiempos, con estudiantes, docentes y rectores, logramos un presupuesto histórico para el cuatrienio, a través de un acuerdo responsable llegamos a más de 4,5 billones. De estos recursos, 1,34 billones serán destinados a la base de las instituciones de educación superior públicas. A esta cifra se suman importantes recursos provenientes de la renta sobre los excedentes del sector cooperativo, cuyo monto podrá superar los 300.000 millones de pesos. Gracias al trabajo conjunto con el Congreso y los gobernadores, contaremos con 1,5 billones de pesos en recursos procedentes del recaudo de las regalías. Además de 1,35 billones que contempla pago de pasivos e inversión en infraestructura, bienestar estudiantil, dotaciones, formación docente de alto nivel y fortalecimiento institucional.
Como nuestra responsabilidad no termina en 2022, hemos trazado una senda responsable pensada en lo que sigue para las nuevas generaciones y en dejarles a los jóvenes de Colombia un camino basado en acuerdos, con la certeza de que los podemos cumplir y que quedarán consignados en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2022. Revisaremos las fuentes de financiación y propiciaremos la discusión sobre las reformas requeridas para contextualizar al sector con las nuevas realidades sociales y económicas. El sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación se fortalecerá con recursos adicionales destinados a Colciencias.
Seguiremos adelante construyendo un gran Pacto por la Educación, un proyecto claro, colectivo y con la participación de representantes de estudiantes, docentes, rectores, padres de familia, investigadores, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos territoriales, el Gobierno Nacional y el Congreso de la República. Un pacto que reconozca que la educación no tiene color político y no es de izquierda ni de derecha, sino que es de todos. Un pacto que le apueste a la equidad, el emprendimiento y la legalidad, tres pilares que, con un sector educativo fortalecido, podrán convertirse en una realidad para todo el país.
Bogotá Colprensa