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El día de los fieles Difuntos, los samarios acuden a esta cita ineludible al cementerio, en donde con flores y velas honran a su familiar o amigo fallecido.
Cada 2 de noviembre se convierte en una día especial para los samarios y para muchas personas en el mundo, pues celebramos el Día de los Fieles Difuntos; una fecha en la que se honra a nuestros seres queridos que han partido para la vida eterna.
Y es precisamente el deseo de las personas que se acercan en estas efemérides a los diferentes cementerios de la ciudad, que con sus oraciones y rosarios, buscan que el alma de su familiar o amigo fallecido, se encuentre descansando en paz.
Hoy es muy fácil encontrar desde muy tempranas horas de la mañana a viajeros que regresan por este día a Santa Marta para visitar a sus difuntos, gente de todas las edades que cada 2 de noviembre no faltan a esta cita ineludible y que ya es tradición en Colombia.
Pintar las tumbas, limpiarlas, cambiar las flores, colocar velas, tarjetas, rehiletes, fotografías, entre otras cosas, son acciones que se realizan durante este día para honrar a quienes ya cumplieron su tarea en la tierra, elementos que bien pueden enriquecer los ritos que cada quien rinde a su cada cual.
La tradición de rezar por los fieles difuntos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos. Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de la Gloria de Dios. A estas oraciones se les llama sufragios, y el mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los fieles difuntos.
Los comerciantes de flores son uno de los más beneficiados durante la fecha, pues el Día de los Fieles Difuntos se convierte en el mejor momento para hacer su mejor venta del año.
Flores de todos los colores, tamaños y clases, son ofrecidas a las afueras de los cementerios para utilizarlas en coronas, ramos o en su defecto, adornos para las tumbas solitarias o mausoleos.
Debido a las numerosas actividades de la vida diaria, las personas muchas veces no tienen tiempo ni de atender a los que viven con ellos, y es muy fácil que se olviden de lo provechoso que puede ser la oración por los fieles difuntos. Por esta razón, la Iglesia Católica ha querido instituir un día, el 2 de noviembre, que se dedique especialmente a la oración por aquellas almas que han dejado la tierra.