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Asesinó a su esposa a puñal

Patricia de Jesús Ortiz Franco, de 47 años de edad, quien vivió en el barrio La Esperanza, fue asesinada por su propio marido, el cual fue capturado por la Policía.

 

El crimen se presentó en medio de una acalorada discusión, luego que la víctima sorprendiera a su esposo acostado con una venezolana.

 

Un violento crimen pasional conmueve a una familia samaria tras la muerte de una mujer que fue degollada por su marido, después de que esta lo sorprendiera en la cama con una venezolana. El presunto homicida fue capturado en una rápida reacción de los uniformados de la Policía Metropolitana.

El caso se presentó el viernes a las 7:00 de la noche, en la urbanización Villas de la Candelaria, y los residentes de ese sector al escuchar los fuertes gritos de la víctima, salieron de sus viviendas para darse cuenta del hecho, hallando en estado agónico a la dama.

Una turba enardecida intentó agredir al asesino con palos y piedras, pero fue salvado por la Policía. El hombre al ser interceptado, solo expresaba “lo siento, perdón,”, dijeron los testigos.

 

EL ASESINATO DE LA MUJER

 

Patricia de Jesús Ortiz Franco, de 47 años de edad, natural de Santa Marta y quien vivió en el barrio La Esperanza, de acuerdo a sus vecinos del sector de Cartagena, venía de regreso a su residencia después de llevarles unas revistas de productos a sus amigas.

Ortiz Franco discutió con su marido de nombre Arlis Fernando Paso Carrillo, porque al parecer él la engañaba con la mujer de nacionalidad venezolana, y con la que presuntamente lo había sorprendido.

La conversación que sostenía la pareja ‘cambió de color’. El agresor, airado por los reclamos de Patricia de Jesús Ortiz Franco, tomó un cuchillo de cocina y le asestó varias cuchilladas en el cuello.

Los gritos de Ortiz Franco alertaron al vecindario, y la llevaron con el hijo– quien llegó por casualidad  – a la Clínica Madre Bernarda, donde murió momentos después.

 

 

Asesinó a su esposa a puñal

En esta vivienda de la Urbanización Villas de la Candelaria se perpetró el crimen.

 

‘TIRÓ LA PIEDRA Y ESCONDIÓ LA MANO’

 

La comunidad de la urbanización Villas de la Candelaria relataron a este medio de comunicación cómo ocurrieron los hechos y dijeron que el hombre después de apuñalearla, pidió perdón y dijo que no le hizo nada. “La esposa, que en paz descanse, le reclamó al señor. Él le decía que se callara, que no la quería escuchar. Entonces, el agresor la apuñaleó cerca del cuello y la señora alcanzó a salir al balcón en el segundo piso donde vivían, ya herida y desangrándose”, comentó.

De igual modo señalaron que “ella quedó desmayada y el agresor trataba de retenerle la sangre con una toalla, pero perdía mucha sangre (…) la señora estaba empapada de sangre y desde el segundo piso caía el chorro de sangre, ya habían charcos”, expresaron.

 

Asesinó a su esposa a puñal

Arly Fernando Paso Carrillo, de 57 años, y a quien se sindica de la muerte de su esposa, luego que ella lo sorprendiera haciendo el ‘chacachaca’ con una venezolana.

 

‘EL LA ENGAÑABA CON UNA VECINA’

 

Arlis Fernando Paso Carrillo, padre de sus dos hijos, le era infiel a Patricia Ortiz Franco desde tiempo atrás y las discusiones entre ambos por ese tema, eran frecuentes.

“El hombre vivía con su esposa pero la engañaba con una vecina venezolana que vive en la misma calle del barrio (…)

Esa tipa es perversa, se le nota la maldad en la cara. Ella también estaba en la casa cuando ocurrió el hecho, todo empezó por ella y es quien tiene la culpa”

 

COMUNIDAD INTENTÓ LINCHAR AL HOMICIDA

 

Los vecinos de la pareja estaban armados con palos y machete para agredir a Arlis Fernando Paso Carrillo, por lo que tuvo que ser custodiado por uniformados de la Policía Metropolitana de Cartagena, quienes lo llevaron hasta la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, en donde lo judicializaron por el delito de feminicidio.

 

‘MI TÍA ERA UNA GRAN MUJER, NO MERECÍA MORIR’

 

En el barrio La Esperanza, de Santa Marta, una de sus sobrinas, quien no quiso dar su identidad, señaló que “mi tía era una gran mujer, ejemplar, buena gente, trabajadora. Nos enseñó buenos modales. Venía en fechas especiales a Santa Marta y nosotros compartíamos con ella. Nos duele que haya muerto así, no lo merecía”, concluyó.

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