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Caño Limón, sin fecha para reanudar sus operaciones

No se han alterado las exportaciones porque el crudo se está evacuando por otro oleoducto.

Ecopetrol no tiene una fecha establecida para reanudar el bombeo de crudo por el oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas, suspendido desde hace 45 días por ataques de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un derrumbe que rompió la tubería, dijo el miércoles una fuente de la empresa.

 

Durante lo que va del año, la tubería de 773 kilómetros de longitud ha sido blanco de al menos 72 ataques atribuidos al ELN, a lo que se suma el hallazgo de decenas de válvulas ilícitas para la sustracción de crudo.

La más reciente suspensión de la operación del oleoducto comenzó el 25 de agosto, pero no ha afectado la producción de los campos de Caño Limón debido a que el petróleo se está evacuando por otro oleoducto. Tampoco ha alterado las exportaciones, de acuerdo con fuentes del sector petrolero y de Ecopetrol.

“Todavía no tenemos una fecha para restablecer el bombeo. Los trabajos se han retrasado por problemas de inseguridad en la zona y las fuertes lluvias”, dijo la fuente de Ecopetrol.

Uno de los eventos que mantiene paralizado el oleoducto, con capacidad para transportar más de 200.000 barriles diarios desde los campos de producción en el departamento de Arauca operados por Occidental hasta un puerto en el Mar Caribe desde donde se exporta el crudo, fue un derrumbe ocasionado por las lluvias que rompió la tubería el 21 de septiembre.

Este año, el Caño Limón-Coveñas estuvo fuera de operación seis meses, la parálisis más larga desde comenzó a funcionar en 1985. En casi 33 años, el oleoducto ha sido blanco de más de 1.400 ataques atribuidos a la guerrilla izquierdista que lo han mantenido fuera de operación por el equivalente a 11 años, ocasionando el derrame de unos 2 millones de barriles de crudo.

El presidente Iván Duque, quien asumió en agosto, ha condicionado la continuidad de una negociación de paz con el ELN a que los rebeldes suspendan unilateralmente los secuestros, ataques y se ubiquen en una zona geográfica con supervisión internacional, demandas que el grupo rebelde rechazó en el pasado.

Analistas temen que una eventual decisión del gobierno de suspender definitivamente la negociación con el ELN provoque una aumento de los ataques contra la infraestructura económica del país, incluidos los oleoductos.

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