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En medio de la desolación, la incertidumbre y la notable presencia militar y policial en las calles amaneció la frontera colombo-venezolana, durante el primer día de la reconversión monetaria anunciada por Nicolás Maduro, que contempla la eliminación de cinco ceros al cono monetario nacional.
Durante el recorrido realizado por EL COLOMBIANO, en la frontera entre el estado venezolano de Táchira y el departamento de Norte de Santander, la dinámica se repetía: puertas de comercios y bancos cerrados, aunado a la parálisis total de transporte público y pocos transeúntes.
La presencia masiva de venezolanos durante la entrada en vigencia del nuevo mecanismo monetario se centró en las pocas estaciones de servicio que disponían de combustible, que aún, y hasta un nuevo aviso, permanecen con los precios de 1 y 6 bolívares por litro, (0.00001 y 0.00006 bolívares soberanos).
Ya en las estanterías se ven los productos con los precios del nuevo cono monetario reflejados. Sin embargo, en medio del desconocimiento y la poca información que ha circulado, más de un establecimiento cobraba de manera incorrecta a sus clientes.
En “shock”
Un estado de estrés generalizado acompaña a los venezolanos luego de que el presidente Nicolás Maduro dictara nuevas medidas económicas, más allá de la reconversión monetaria.
La devaluación, reflejada en el incremento del dólar oficial de 240.516 bolívares registrados en la última subasta Dicom, que pasó a 6 millones de bolívares por cada dólar y el alza salarial de 5.196.000 bolívares mensuales a 180 millones, son los temas que más preocupan a la población.
“Estamos esperando esta semana saber a cómo queda el precio del ganado y evaluar la situación para ver si dejamos a los mismos trabajadores o tenemos que sacar gente, si vamos a volver abrir o nos vamos. Lo que sí estamos seguros es de que no nos vamos a registrar en nada que proponga el gobierno para subsidiar sueldos de los trabajadores, ni vamos a sacar el carné de la patria, preferimos cerrar la carnicería e irnos”, dijo María Gabriela Serrano, propietaria de un comercio en la frontera.
Para el abogado constitucionalista José Vicente Haro, las políticas económicas adoptadas por Maduro ubican a parte de la población de “Venezuela en estado de shock, frente a un decreto de muerte y exterminio que ha llevado a algunos venezolanos al suicidio, éxodo masivo, adaptarse al totalitarismo y otros, menos, a planificar la lucha”.
En medio de una larga fila para pagar víveres en uno de los pocos supermercados que abrieron ayer, Socorro, una jubilada de 65 años, se quejaba de la grave crisis que atraviesa el país.
“No me importa salir a la calle y si hay que matar para defender a la familia y lo poco que nos queda, no tengo problema en hacerlo”, vociferaba y lloraba, mientras era apoyada por decenas de compradores inconformes con el cambio monetario que aumentó los precios en más de 1.000 %.
José Navarro, comerciante de San Antonio, donde no abrió ningún establecimiento, precisó que el panorama de Venezuela es oscuro e incierto.
“Al menos tenemos a Cúcuta al lado, lo que siempre resuelve algo que vender, la situación será más compleja en Caracas, allá, cerca de Miraflores (palacio de gobierno) será más cruda la cosa y no tendrán alternativas para sobrevivir a la crisis que viene”.